Seguramente esto nos ha ocurrido a todos, ese momento entre divertido, aterrador y vergonzoso que pasamos cuando nos escuchamos en una grabación de audio o video por primera vez, sentimos que nuestra voz es francamente horrible. Pero… ¿Por qué nos escuchamos diferentes en las grabaciones?
¿Quien es ese? ¿Soy yo? ¿De verdad hablo así? ¡No puedo creer que sea yo! Nunca más volveré a hablar… ¿Te identificas con esto? Seguro que sí y hasta te habrá costado trabajo reconocerte o creer que de verdad eres tú… que de verdad hablas así.
Esto ocurre debido a que cuando escuchamos una grabación, lo que estamos escuchando es el sonido que pasa a través del aire, hasta llegar a nuestros oídos, tal y como escuchamos a cualquier otra persona, en ese punto estamos escuchando nuestra verdadera voz, la voz que todos escuchan, la voz de la grabación.
Por otro lado, cuando hablamos el sonido llega a nuestro oído por dos canales diferentes, el que ya mencionamos que iría desde nuestra boca hasta nuestro oído a través del aire y el otro es la resonancia que se transmite a través de nuestros huesos, mejillas y garganta, esto refuerza los tonos más graves.
La voz que escuchamos siempre, es la combinación de estos dos sonidos, por esto en la grabación con la ausencia de la resonancia de nuestro cuerpo, escuchamos nuestra voz más aguda, ya no suena tan elegante como creíamos que sonaba. ¿Verdad?
Si aun te quedan dudas de que esta sea la respuesta, pues la buena noticia es que, ¡puedes comprobarlo tú mismo! ¿Cómo? Simplemente cúbrete las orejas con las manos y menciona algunas palabras, en este punto estarás escuchando mayoritariamente la resonancia en tu interior, incluso puedes escuchar mejor tu respiración o si te rascas la cabeza.
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