En un mundo globalizado nadie se puede escapar del efecto de las divisas sobre su ahorro.
Hace ahora tres años, el seis de enero de 2014, el barril de petróleo bruto (según sale de la tierra) tenía un precio de 105 dólares. Ese fue su nivel más alto, pues desde entonces no ha dejado de bajar, hasta llegar a negociarse en los 34 dólares allá por el mes de febrero de 2016. Usted no compra petróleo, pero sí gasolina, que paga religiosamente en euros cada vez que tiene que llenar el depósito de su vehículo.
¿Ha llegado usted a pagar por la gasolina en algún momento de 2016 la mitad de lo que pagaba en 2014? No. Seguro que no, a pesar de que ese barril que contiene 50 litros de petróleo ha bajado un 50%. ¿Y sabe usted por qué no ha bajado la gasolina lo mismo que el crudo? ¿Por los impuestos? Tal vez, pero el factor clave se encuentra en el forex, o el mercado de divisas, donde se compran y venden todas las monedas del mundo.
Si sus ingresos y su día a día lo hace en euros, entenderá muy bien lo que le digo. Las materias primas cotizan siempre en la misma moneda, en dólares estadounidenses, para facilitar el comercio internacional y tener una referencia estable a lo largo del tiempo. Por tanto, el petróleo que se convierte en gasolina (que usted paga en euros) se ha comprado en dólares.
Y mientras ese oro negro denso se convertía en un líquido ligero casi transparente durante su proceso de refinado, el dólar y el euro han modificado su precio. Cuando usted compraba petróleo a 105 dólares, por un euro le daban 1,3692 dólares (6 de enero de 2014). Cuando usted compra petróleo a 53 dólares, por un euro le dan 1,05 dólares.
Usted no ha hecho nada, pero no se ha beneficiado de la caída del precio del petróleo porque su moneda, el euro, se ha depreciado contra el dólar y como un dólar le cuesta más que antes y compra el crudo en dólares, el crudo le sale más caro. Trabajando lo mismo que hace tres años, con el petróleo a mitad de precio, usted paga casi lo mismo por el depósito de gasolina.
Usted es una víctima de un mundo globalizado donde las divisas reflejan la evolución de las economías y una moneda más débil implica que usted pierda poder adquisitivo sin poder evitarlo. Y eso que usted gana euros, una de las monedas más fuertes del mundo ¿Se imagina cómo puede impactar la globalización a una persona que viva en un país con una moneda menor?
Sin embargo, si usted quiere mantener su poder adquisitivo frente al dólar y entiende que muy pronto por un euro sólo le darán un dólar, puede invertir en el forex, el mercado de las divisas, y ganar dinero comprando y vendiendo dólares, para compensar la pérdida irremediable de valor de sus euros frente a los dólares. Es más fácil de lo que parece y, por cierto, el oro, la plata, el platino o todos los metales industriales, el gas natural y el butano, también se compran y venden en dólares.