que durante un tiempo permaneció en el olvido
de la repisa del salón.
Llega de pronto el silencio,
la oscuridad, la nada.
Parece que la noche se cierra en sí
misma
formando una espiral invertida
sin rumbo y sin fin.
Solo existe un leve pitido que me une a la realidad.
Y mientras, el mundo debe seguir girando en alguna parte.
Hoy, aquí, ahora, todo se para.
Paz efímera o eterna, que no adolece, que se yergue enchida acaparando todo lo demás.
Paz, aquí y ahora.
Que se acabe ya el dolor. Que no vuelva.
Que me venza la diosa del sueño y pase, sin prisas,
al velo de la oscuridad. Descanso profundo.
Silencio. Armonía de los sentidos.
Descanso.