Hace una semana y poco fui a un pueblo cerca de Coruña, a descansar unos días. Y allí di un paseo que me dejó con unas fotos preciosas de recuerdo:
Encontramos a este pequeñín en una de las calles que daba a un centro comercial y no pudimos evitar cogerle algo de comer. Estaba hambriento y no dudó ni un momento en acercarse a nosotros. Después de tanta caminata fuimos a comprar algo de beber y merendar y no podía faltar la foto de rigor, con la bata de cuadros vintage y la camiseta de béisbol del año de matusalén.
Llegamos al puerto y pese haber estado ahí en varias ocasiones a lo largo del año, nunca había visto cómo era aquél sitio con la marea alta. A la luz del atardecer quedaba una imagen y un espectáculo precioso, como podréis ver en las fotos siguientes.
Y hasta aquí el paseo de aquél día. Fue genial y me ayudó a despejarme tal y como necesitaba. Espero que os haya gustado o que hayáis disfrutado de las fotos.
¡Hasta otra!