Felipe V mandó construir este palacio y junto su segunda esposa Isabel de Farnesio se retiró a este Real sitio de San Ildefonso, Segovia, en 1724 y durante los veinte años siguientes engrandeció los jardines y el palacio, que fue usado como residencia de verano por todos sus sucesores hasta Alfonso XIII. Conoce en este post sus maravillosos jardines.
El Palacio es un bello ejemplo de arquitectura palatina europea, con jardines y fuentes de estilo versallesco con clara influencia francesa y también del barroco español e italiana. El color rosado de las fachadas es debido a la piedra traída de Sepúlveda. Sus salones se encuentran adornados con las famosas piezas de cristal fabricadas en la Real Fábrica de Cristales cuyo proceso de fabricación artesanal puedes ver aquí.
Fachada del Palacio que mira a los jardines
Colegiata del Palacio
Sequoia gigante conocida como el Rey
En el siglo XIX se introdujeron nuevas especies, sobre todo coníferas como las monumentales sequoias, plantadas ante la Real Colegiata, en los jardines del Medio Punto. Sus semillas fueron traídas de California en 1853, único lugar del mundo en el que crecía esta magnífica especie.
Sequoia gigante conocida como el Rey
Cedro del Líbano. Otro gigante plantado junto a las sequoias
Sequoia gigante
Sequoia gigante
Parterres al estilo de Versalles
Los jardines son uno de los mejores ejemplos que hoy se conservan de los jardines del siglo XVIII. De estilo versallesco Ocupan 146 hectáreas, de las que 67 son auténticos bosques. Está formado con parterres delimitados con paredes de vegetación y alineaciones de árboles, en especial tilos y castaños de Indias.
Parterres al estilo de Versalles
Los jardines se pensaron para tener más importancia que el propio palacio. El rey Felipe V planteó su construcción de acuerdo con los gustos franceses, lo que dio lugar a un jardín con abundantes adornos en las fuentes y las esculturas, aunque más adelante, la influencia italiana de Isabel de Farnesio también se hace notar en los jardines.
Dentro del conjunto destacan las fuentes, los grupos escultóricos y las estatuas realizadas por Thierry, Demandré, Pitué, Fermín y Bousseau. Para completar el conjunto se trajeron numerosas especies de árboles de diferentes lugares y países: cedros, tilos, arces, castaños de indias y sequoias.
Estatuas de mármol blanco, y jarrones del siglo XVIII, decoran los parterres y avenidas del jardín, que se completan con grandiosas esculturas en las fuentes, en plomo pintado imitando bronce que puedes ver aquí
El agua que alimenta los surtidores de las fuentes llega desde un gran depósito llamado "El Mar", situado por encima de la zona ajardinada, que recibe su caudal de los montes cercanos. Por la fuerza de la gravedad, como en el siglo XVIII, el agua de algunos surtidores alcanza los 40 metros de altura, como el de la fuente de la Fama.