que frágiles se mecen en el viento.
Abres tus ojos, y el mundo torna
de azabache a infinitos lienzos.
Eres, tú eres una y mil flores,
que despiertas a la vida y gritas
¡Ya estoy dispuesta, ya estoy aquí!
Hoy has dado un paso más
desprendiendo tu ombligo, lazo materno.
Hoy atas tu corazón a la madre y al padre,
y vives, y amas.
Hoy tus alas de cristal reflejan el sol naciente,
desciendes, duermes, sueñas,
y te acurrucas, despacito, sobre mí.
Hoy es el comienzo de un mañana refulgente.
Hoy madre, padre, hermana.
Por y para siempre en nuestro abrazo.