Para el que no se haya dado cuenta, que seguro que vosotros sí, ya ha llegado esa época maravillosa del año en que todo Internet se llena de consejos sobre dietas y fitness; ese momento en que toda persona con bajo índice de grasa corporal se convierte de repente en un experto nutricionista (porque todo el mundo sabe que estar delgado te convierte en un maestro de la salud. Que no digo yo que haya que estar gordo, no, pero que ser de constitución delgada no te hace un experto, sobre todo cuando te he visto meterte entre pecho y espalda una pizza mediana y una coca cola de litro y medio, pero ea). Petits, ha llegado esa etapa del año en que te miras en el espejo y dices «Hostias, estoy gordo».
Sí, ha empezado la operación bikini y un año más nos ha pillado en bragas (a mí sobre todo). Y una cosa os voy a decir, si pensáis empezarla ahora, ya vais tarde. Os lo digo porque yo la empecé el agosto pasado y todavía NO ESTOY.
Ahora es cuando los gimnasios se ponen a reventar, pero llenos que da asco, de verdad; llenos de gente angustiada pasándolo mal porque en mes y medio que les queda para las vacaciones tienen que perder 10 kilos, y eso no es bonito de ver. (Ni de oler, seriously). De hecho, esto lo he notado yo hasta en el box, están las clases completas. El otro día en el entrenamiento para cuando me quise dar cuenta, era la única chica, y todo lo demás eran tíos enormes-enormes. Y encima a mitad de sesión empiezan a entrenar todos sin camiseta. A esas alturas yo estaba un poco como «No hagas contacto visual con los abdominales, Jessi, no hagas contacto visual con los abdominales». Creo que entendí un poco cómo deben de sentirse los tíos cuando tú llevas algo de escote y te pones a hablar con ellos, que se quedan ahí como desorientaos.
En fin, el caso es que está la gente ahora muy pesada con lo de la operación bikini y a mí eso me da mucha pereza. Tío, cuídate durante todo el año o no te cuides, pero angustiarte ahora para nada es una tontería. Total, para los 4 días de playa que vas a tener te va a dar igual una cervecita más que una menos. Y si te lo montas bien no tienes ni que pasar esos días en la playa. De hecho yo creo que lo más inteligente para una operación bikini saludable y efectiva es NO PONERSE EN BIKINI EN TODO EL VERANO. Y no es tan difícil, yo lo veo claro: verano en Suiza y a correr. Si te lo montas bien no tienes ni que depilarte en tres meses. To’l verano con un mono de esquí y fuera. Que esa es otra, ahora todo son artículos sobre hacerse la cera o sobre el bronceado. Cera arriba, cera abajo,
P.D.: Por lo visto en esta vida hay que elegir: tienes abdominales o te pones ciega de pizza. Las dos cosas no pueden ser. Y yo voy con una bolsa que dice «Pizza is my Valentine» al gimnasio, así que, como comprenderéis, a la operación bikini de este año QUE LE DEN.
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