Quizá nunca estuvo ahí.
Escribir, llorar, reír.
Noches de tres o cuatro horas
Y otra vez,
dejando mis pasos al insomnio
Caminando cerca, con frío,
Noche helada dentro y fuera.
Ya no recuerdo más que tu respiración
Ronca, queda, atrapando tus sueños.
Pero no los míos.
Si no una, otra circunstancia quebrará
Mi descanso anhelado.
¿Quién me preguntará mi nombre en la noche?
¿Para quién seré importante?
Todo lo que era murió.
Soy “el que no es de aquí”.
El que llegó y al que vencieron.
El que quiso descubrir y romper
Con la norma su ilusión
Por crear, por creer.
Y, una tras otra,
Zancadilla tras zancadilla,
Acabo por caer.
Por no querer luchar.
Mis sueños se me robaron,
Mi identidad pasa de lado.
Mi trabajo se cuestiona,
Y no entraré en el molde que no es mío,
Ni para mí.
Ya han pasado muchos años
Y empiezo a pensar.