Oigo apenas una respiración rítmica,
Sosegada.
Me abstraigo y dejo fluir el verso
De aquello que mi ser perturba.
Es mi noche entre paréntesis.
Mi pausa. Mi lágrima invisible
que cae por un tiempo inacabado.
Me abrazo al mástil del ayer.
Me azota el aire del destino
No hay tiempo para llorar.
No hay tiempo de preguntar
Y hablar.
Todo ocurre y todo pasa.
Y luego vuelve a llegar
El destino caprichoso
Esperar volver a amar.