Lo primero decir que me he propuesto reservar las vacaciones del próximo verano con tiempo para que sean en un lugar en el que haga fríooooo, para que no se me olvide el calorazo que hemos pasado este año jeje. Nos ha pasado poco más o menos que cuando viajamos a Almería, que casi nos derretimos por allí.
Nuestro hotel este año lo teníamos en Murcia por lo que desde ahí nos hemos ido moviendo buscando los lugares que más nos interesaba visitar y conocienco un poquito la zona, que aún no habíamos estado por allí. Lo mejor del hotel en nuestro caso es que no estaba en el mismo centro por lo que nos ha permitido salir y entrar con facilidad, con un desayuno buffet genial y piscina exterior que con este calorazo siempre se agredece y más al ir con las niñas.
Nuestra primera toma de contacto con Murcia fue a la zona del casco histórico, donde aprovechamos para pasear por la zona de la Catedral, que nos resultó muy bonita aunque nos encontramos con una ciudad prácticamente desierta, (por otro lado, se agredece un poco de tranquilidad). Allí paramos a comer en un restaurante italiano, justo frente de la Catedral que se llama Imperial y que nos encantó tanto por la comida que estba riquísima como por el trato a las niñas, con la opción de mantelito para colorear que al menos ayudó a que estuvieran entretenidas un rato. Desde allí como os digo visitamos toda la zona centro, llegando a la Plaza de Santo Domingo donde pudimos ver un ficus gigante que preside toda la plaza y aprovechamos para tomar algún helado fresquito y seguir paseando para ver la plaza de las Flores, el Teatro Romea, los jardines, etc
De los demás días en Murcia destacar nuestra visita al Casino que se considera un monumento o bien de interés cultural, que no lleva demasiado tiempo visitarlo y merece mucho la pena. Con la entrada (los niños no pagan) nos dieron audoguías para los cuatro y la verdad que las peques estuvieran super atentas a todo lo que iban contándoles xddd. Se encuentra en una de las calles más conocidas de la ciudad, la calle Trapería.
Sin duda una de las visitas que más les gustó fue la del Museo de la Ciencia y el Agua. En principio a mí no me llamaba demasiado la atención, porque pensé que quizás no merecería tanto la pena pero resultó una visita genial. El museo está algo más apartado y aunque es pequeñito, permite a los niños tocar prácticamente todo, experimentar, tomar contacto con algunas ideas como el Principio de Arquímedes, etc siempre con mecanismos sencillos que les permitió ver cómo funciona el agua y sus propiedades. Me gustó como estaba organizado el museo y todos los usos del agua: el agua y la vida, estados del agua, descomposición, máquina de vapor, contaminación, test para jugar adivinando respuestas, etc. Nos encantó la entrada a la Sala del Agua con una línea del tiempo destacando la importancia del agua en la evolución. Después vimos la Sala Temporal que estaba dedicada a la física y aunque realmente no nos paramos mucho en esa sala sí que pudieron jugar con la bola y el agujero negro, etc Pero desde luego, lo que hizo que se quedaran con ganas de repetir la visita fue la Sala Descube e Imagina, una sala para los sentidos, destinada a niños de unos 2 o 3 a 7 años y enfocada totalmente al desarrollo de las capacidades sensoriales. Una visita que comenzó con la introducción de la monitora que les explicó las partes de la sala, les puso la bata de científicos y los animó a experimentar con todo lo que en la sala hay. Disfrutaron a tope jugando con el agua, con los elementos de sonido, la biblioteca del agua y el mar, dibujando, etc La verdad es que dedicaron tanto tiempo a estas salas que el Planetario lo dejamos algo apartado pero se lo pasaron pipa.
CARTAGENA
Para mi gusto, uno de los sitios más bonitos que hemos visitado por la zona. Como únicamente íbamos para pasar el día visitamos lo que consideramos más relevante o al menos lo que nos apeteció. La visita al Teatro romano la verdad es que merece la pena a pesar del calor que pasamos hasta llegar y una vez allí. Encima de la colina, fue interesante imaginarse la vida en otro tiempo y a Vera le llamó mucho la atención saber para qué se utilizaba, etc.
Más tarde bajamos al centro de Cartagena, ya que pasamos por el ascensor panorámico pero decidimos no subir y disfrutar de alguna otra cosilla. El Palacio Consistorial me pareció realmente bonito, y la plaza en sí en la que se encuentra, me pareció llena de vida(y también de mucho turista como nosotros xdd) pero muy recomendable visitarla. Allí mismo, entramos al Museo del Teatro Romano, donde además de disfrutar del museo pudimos descansar un poquito, aprovechar para ver el video que cuenta la historia del teatro romano estando solos en la sala y recuperar fuerzas para seguir. Una de las mejores cosas de esta visita fue ver como las niñas pensaron que una de las zonas del museo que se encontraba en alto era un tablao flamenco y allí estuvieron dándolo todo en medio de los restos romanos xdd.
CABO DE PALOS- LA MANGA
En Cabo de Palos paramos expresamente para visitar el faro y poder disfrutar de unas vistas realmente bonitas del mar y de la Manga del Mar Menor. Paramos muy poquito porque íbamos a pasar el día en la playa pero despues de consultarlo con un amigo, decidimos irnos a la zona de la Manga pero del lado del Mediterráneo, ya que la otra zona no nos la recomendaron. De todos modos, deciros que no nos llamó demasiado la atención ni la playa en sí ni la zona ya que había demasiada gente, mucho tráfico, problemas para aparcar … Aún así pasamos un día divertido.
ELCHE
Y para no cansaos demasiado, tan solo decir que llevábamos tiempo con ganas de visitar Elche y ya que nos pillaba cerquita aprovechamos la ocasión. Nuestra primera parada fue en el Museo Escolar de Elche que a las niñas les gustó mucho sobre todo por lo curioso que les resultó ver algunas cosas antiguas de la vida de Elche de hace tiempo. Además a Vera le llamó la atención ver que anexo al museo se encuentra la escuela.
Después dimos un paseo por el centro de Elche que se encontraba adornado para las fiestas donde vimos alguna reproducción de la Dama de “Leche” como dice Vera, comimos en una de sus placitas y visitamos el Huerto del Cura que dentro de lo que nos iba a dar tiempo era lo que más nos apetecía. Sin duda es totalmente recomendable. Un lugar tranquilo, donde descansar sentado en uno de sus banquitos, rodeados de naturaleza. Increíble ver todos los tipos de palmeras que hay, los cactus y la multitud de plantas bonitas y rincones que fotografiar.
Y hasta aquí nuestro viaje y deseando de tener oportunidad de hacer otro viajecito con las niñas que aunque es agotador, te traes la mochila llena de recuerdos bonitos.
Por cierto… en Murcia, para comer o cenar os recomiendo mucho muchísimo Oven Mozzarella Bar. Un restaurante preciosísimo con mantelitos para pintar para los niños, con un estilazo en la decoración y una comida deliciosa. Nosotros repetimos dos días.
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