El 10 de septiembre de 2015 coincidió que tenía visita con el neumólogo que me ve en la unidad de trasplante pulmonar en Valdecilla, y justo cuando acabamos, después de cargar la silla de ruedas y enchufar el oxigeno al mechero del coche pusimos rumbo a nuestra casina. Lo que no contamos fue con la llamada, esa llamada que cambió mi vida. (Y menos mal que iba en coche y estaba cerca, porque me daba pánico el que me llamasen y andar yo contactando con la ambulancia y con no se quién más... con los nervios que te entran, estás tu para hablar con nadie!!)
Casualidades de la vida, que iban con nosotros Adri y Pau, para poner un poco de calma en el coche.
Cuando entré en el hospital pasaron unas horas hasta que me bajaron al quirófano. Me despedí de todos pa porsi, aunque sabía que no hacía falta.
A los pocos días ya empecé a sentir el cambio, ese cambio tan deseado por mi y por los míos. Se acabó el oxígeno, la silla de ruedas la devolvimos ya no la queremos, gracias y a respirar se ha dicho.
La verdad es que no puedo decir que haya sido el mejor año de mi vida, yo creo que ni de lejos. El trasplante y sus medicaciones han tenido sus efectos secundarios, como la diabetes y la perdida del oído casi total. ¡Pero bueno, con un aparatito en la oreja me apaño bastante bien! Pero sé que poco poco voy a estar más fuerte y vivir. Porque solo pido eso, vivir.
Durante este año he ganado y perdido personas, las que he ganado son muy bien bienvenidas en mi nueva vida y estoy dispuesta a compartirla con ellos. He visto quien está en las buenas y en las malas, y en las malas os aseguro que muchos, muchos más de los que imaginas se marcan un puff y desaparecen por completo, ¡y se quedan tan pichis oye! A día de hoy no entiendo ese desapego tan repentino... me hace plantearme cosas.
Pero luego están los que si que tengo de verdad a mi lado, aunque vivan a 1000 kilómetros. Ahí han estado y sé que ahí estarán. Tanto la familia, como mis amigos, conocidos que no llegan a ser amigos pero que se han portado mejor que mis amigos...
Pues este ha sido mi año bisiesto. Si alguien ve algo negativo en él , por favor que me lo diga!! Pero recordad estas cosas:
Estoy viva.
Respiro.
No toso.
Camino.
Sonrío.
Sueño.
Disfruto.
VIVO.
Gracias a todos y cada uno de los que habéis estado conmigo desde esa llamada. Gracias de verdad, no os imagináis la falta que me hacíais y el cariño y apoyo que recibí de tantísimas personas´.
ESPERANDO A QUE ME BAJASEN A QUIRÓFANO: MAMÁ Y PAPÁ
ESPERANDO A QUE ME BAJASEN A QUIRÓFANO: ADRI Y PAU
UN PAR DE DÍAS DESPUÉS DEL TRASPLANTE