Pocas veces vuelvo a ver una película que en su primer visionado me decepcionó. Sin embargo, decidí darle una segunda oportunidad a Babel por eso de que muchísimos críticos alabaron esta tercera parte de la trilogía compuesta por Amores Perros y 21 Gramos, y porque ? seamos honestos ? necesitaba ver alguna película de potente carga emocional para continuar con el Ciclo de la Autodestrucción.
Tras este segundo visionado, una vez más volví a darme cuenta de lo extremadamente importante que es ver una película en su debido momento, bajo unas condiciones ambientales específicas y con una decidida iniciativa, porque, de lo contrario, el resultado puede ser nefasto.
En esas circunstancias me senté en el sofá del salón, metí el DVD en el reproductor y, como si alguien me hubiese sumido en un intensísimo estado de hipnosis, contemplé ? con incrédulos ojos ? uno de los mejores dramas que jamás he visto.
? Año: 2006
? Director: Alejandro González Iñárritu
? Cast: Brad Pitt, Cate Blanchett, Rinko Kikuchi, Adriana Barraza, Gael García Bernal, Koji Yakusho, Elle Fanning, Nathan Gamble, Mohamed Akhzam?
? Música: Gustavo Santaolalla
? Nominaciones a los Óscar: Mejor Película (Nominada), Mejor Actriz (Adriana Barraza, Rinko Kikuchi - Nominadas), Mejor Director (Nominada), Mejor Guión Original (Nominada), Mejor Edición (Nominada), Mejor Banda Sonora Original (Ganadora)
? Duración: 130min.
Cuando vi por primera vez Babel, yo tenía una insultante edad de dieciséis años y me creía que ya controlaba lo suficiente del panorama del séptimo arte como para ver en la cinta de Iñárritu una imagen especular de mi queridísima Crash (Paul Haggis, 2005). Nada más lejos de la realidad.
Mientras que la oscarizada película de Haggis abría una brecha en la sociedad estadounidense para indagar en el más frívolo racismo y la más inhumana violencia, Babel opta por hacer una excelentísima reflexión sobre la comunicación centrándose en tres continentes del globo. Por ello, y como podéis ver, aún tenía pendiente madurar y convertirme en Jerry, porque lo único que tenían en común estas dos películas era que ambas contaban con varias líneas temáticas que, tarde o temprano, terminarían colisionando entre sí.
Todos conocemos la historia bíblica de la torre de Babel: esa edificación que pretendía llegar al cielo y que despertó la ira de un Dios que, como escarmiento, decidió imponer sobre los habitantes de la Tierra diferentes lenguas para que así no pudiesen completar su obra, ¿no? Pues Babel hace exactamente lo mismo; nos sumerge en cuatro historias conectadas entre sí en las que las lenguas (o incluso la capacidad de hablar) y las diferencias culturales de los hombres, terminarán sumiendo en una caótica espiral de desafortunados eventos a una jovencita japonesa, una madre mejicana, dos críos marroquíes y una pareja de turistas americanos.
Con estos personajes (extremadamente reales gracias a unas actuaciones soberbias), que se mueven al compás de una intensísima banda sonora (ganadora del Óscar) y que protagonizan una historia visualmente espectacular, Babel fue capaz de inducirme en un estado de hipnosis sublime. Me senté en el sofá y no me moví en toda la película; mis ojos se quedaron abiertos de par en par durante toda su duración, y, al terminar, no fui capaz de expulsar el DVD. Sólo quería llorar de emoción por el espectáculo que acaba de presenciar; un espectáculo digno de la construcción de una torre de Babel para alcanzar el cielo de las estrellas.
Una vez más, Iñárritu dio en el clavo con un drama cargado de esperanza, injusticia, incomprensión, inocencia y valentía, en el que la historia ? temporalmente desfasada ? fascina y destruye a partes iguales.
Imprescindible.
?Te gustará si: eres un fiel seguidor de los dramas cinematográficos.
? No te gustará si:aún no has encontrado el momento perfecto para sentarte a ver esta obra de arte.
Jerry