Malditos lunes

Ya está, ya ha pasado el fin de semana.
Lo que cuesta que llegue y lo rápido que nos abandona.

Llega el domingo por la tarde y ya te empiezas a fustigar pensando que mañana es lunes.
Esto es conocido como el síndrome per-lunes (en realidad, dudo mucho que a esto se le denomine así, pero a mí me gusta. ¿Y qué le hago?)

Te vas a la cama pronto, ha sido un finde intenso. Siempre estoy cansada los domingos, ¿no os pasa lo mismo?
Los fines de semana acaban conmigo. No paras de hacer cosas que los días laborales no puedes, hay que aprovechar la vida y todo eso, pero ¿cuándo vamos a descansar?

Domingo por la noche. Te acuestas con cara seta que mañana es lunes. Como ya has cambiado el horario, te cuesta más de lo normal dormir pero con suerte duermes la noche del tirón. Por desgracia, estas cosas a mí no me pasan. Hace tiempo que deje de dormir toda la noche seguida.

Lunes a las 7:00 de la mañana.
Pipiipiiiipiiiiipiiii.
Mierda! el puto despertador ¿ya?, pero si me acabo de dormir.
Mierda otra vez.

Soy el tipo de persona que tiene que sacar los pies de la cama en cuanto suena el despertador. Eso de los 5 minutos más, no va conmigo.
Sacas los pies de la cama y ahí te quedas 10 minutos mirando a la nada, sin pensar. (¿Tan pronto?) Llega un momento en el que decides hacer algo con tu vida y te levantas. Mierda.


Te levantas y funcionas a la velocidad de un caracol irritado.
A las mañanas necesito mi tiempo de adaptación al mundo. No me habléis.
Sigo con toda la tranquilidad del mundo y de repente, se me ilumina la bombilla y me doy cuenta que me quedan 5 minutos para salir de casa.
Nuevamente...mierda.
Te vistes a todo correr y así es como llegas al trabajo, a todo correr.
Estresada antes de empezar.
Te sientas en tu mesa y una semana entera por delante.
Mierda!
¿Dónde está mi cama?
Odio los lunes!

Hasta la próxima amigos.
Unaaburrida