Turismo en Gijón: 6 lugares curiosos que no os podéis perder
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? Espero que genial. Como estamos en plenas vacaciones se me ha ocurrido hacer un post turísitico de mi ciudad, Gijón. Pero no voy a hablar de lugares muy conocidos y que todo el mundo visita. Hablo más bien de lugares que pasan un poco desapercibidos pero tienen mucho encanto. Se me ocurren bastantes sitios así que haré dos partes. Y ahora, sin más rollo, empezamos.Hace unos meses, compartí un post con diez actividades al aire libre que podemos hacer en Gijón. Pues este post es un poco parecido, es casi una ampliación del anterior, porque en vez de dar ideas generales voy a compartir lugares concretos.
El molín de Viesques
En Gijón siempre hemos tenido molinos para moler, valga la redundancia, trigo, escanda y maíz. En los archivos hay bastante información sobre una ruta de siete molinos hidráulicos.
Pues uno de ellos, el de Viesques, ha sido semirescatado.
Se conserva la tolva, y está en un parque muy tranquilo y acogedor del barrio de Viesques.
Es una visita recomendable porque siempre es interesante saber un poco más de la vida de nuestros abuelos.
En este pequeño remanso en medio de urbanizaciones nos encontramos puentes con agua que llega del Arroyo Llantones, bancos a la sombra, flores y paz.
Este parque oculto en una urbanización me recuerda a los que salen en Notting Hill y que tanto le gustaban a Anna Scott.
Casa de Luis el chino
Esta ha aparecido bastantes veces por el blog. Ahí mismo estuvo ubicado el ayuntamiento de la ciudad, en el siglo XVI. Pero es famosa porque vivió durante muchos años Chaoyo Wey, y tenía en su interior una fábrica de farolillos y adornos de papel. Y también un restaurante, el primer restaurante chino que hubo por aquí.
Así es como recuerdo su casa
Cuando mis padres me llevaban a pasear por la zona, siempre, siempre nos acercábamos.
Mi madre conocía a Chaoyo, al que llamaban Luis, y guardo un recuerdo muy bueno de aquellos días.
En la actualidad es el centro social del barrio de Cimadevilla.
Así está ahora
El Sucu
Esto puede sonar morboso pero yo lo encuentro muy interesante. Es el cementerio civil. Está junto al parque de Los Pericones y podemos encontrarnos tumbas muy interesantes como la de Rosario Acuña. Las tumbas masónicas, como la de ella, se reconocen fácilmente. En este caso ella tiene, sobre su lápida blanca, un ladrillo y una R y una A.
Este cementerio tiene 119 años y la parte civil se distingue claramente, y las tumbas masónicas también.
También es interesante(y horriblemente triste) acercarse al paredón de fusilamiento, a la fosa común y al monumento a las víctimas de la represión franquista. Nosotros donamos a ese monumento, a la fosa y al paredón las flores del funeral de mi madre.
Si estáis por la zona podéis ir a ver La cruz de Ceares, el lugar donde se quedaba el cortejo fúnebre, pues al cementerio solo iban los deudos(hombres, no mujeres) y el enterrador.
Ermita de Schoenstatt
Esto es bastante raro, pero no deja de ser una curiosidad. Está en Viesques, relativamente cerca del Molín, en la calle Muros de Galicia.
Se trata de un altar en una especie de rotonda, con una casita/santuario pequeña, muy pequeña, y un jardín con margaritas, lavanda y flores entre rocallas.
Esta "familia" viene de Alemania, su fundador pasó varios años en Dachau, y su tumba está en Schoenstatt. Dicen que son una familia en crecimiento, guiados por el Padre Kentenich(el fundador ya fallecido del que os hablo) y de la mano de la Madre y Reina que es la Virgen Peregrina.
Vamos, que asusta un poco, pero si estáis cerca merece la pena echar un ojo, no suele haber gente. Yo lo descubrí hace unos 7 años y me llamó la atención.
Disfrutar de algún graffitti
No me refiero a pintadas hechas en lugares que deberían ser respetados. Hablo de ilustraciones que adornan callejuelas, paredes tristes o portones.
Hay muchos. Hace tiempo recopilé bastantes porque me llaman la atención.
Salir a buscarlos es una buena opción para dar un paseo diferente.
Incluso en los caminos de las afueras hay graffittis bonitos y que me traen buenos recuerdos.
Descubrir la exposición de fotos, al aire libre, de Cimavilla
El barrio alto está lleno de rincones bonitos. Yo voy todas las semanas, durante toda mi vida he ido con frecuencia, y aunque llevo cuarenta y muchos años paseando por sus angostas calles, siempre encuentro algo nuevo.
Actualmente hay una exposición de fotografías. Muchas de las viejas paredes nos regalan instantáneas llenas de encanto.
Aparecen personajes queridos por todos, y que perduran en la memoria aunque una muerte cruel e injusta nos lo arrebatase antes de tiempo.
Otras veces vemos a mujeres que todos hemos conocido; unos físicamente y otros a través de las historias de nuestros mayores.
Y nos deleitamos con las reuniones de aquellas gentes que vivían del mar.
Muy feliz semana a todos.