Pero… según un informe del New York Times, en el año 2016 la mayoría de personas aún prefiere leer libros impresos que digitales:
Un estudio realizado en Estados Unidos por el Pew Research Center, encontró que el 65% de los adultos estadounidenses leyeron un libro físico en el último año frente a un 28% de los encuestados que dijeron haber leído un libro electrónico y el 14% que reporto haber escuchado un audiolibro.
Solo el 6% de las personas se describieron a sí mismos como lectores exclusivamente digitales. 38% aseguro que solo leían libros impresos, mientras que el 28% leía tanto en formato digital como en formato físico y un 26% de los encuestados informo no haber leído ningún libro en el último año.
Contrario a las predicciones de los expertos sobre la industria de la impresión digital, los libros físicos parecen estar lejos de desaparecer. El porcentaje de estadounidenses que reportaron leer al menos un libro físico en el último año, se mantiene intacto desde el año 2012, por otro lado la venta de libros digitales se redujo en un 11% en el 2015.
Por lo tanto aquellas personas amantes de la vieja escuela, pueden estar tranquilas, ya que el característico aroma de las páginas de un libro, su peso sobre el regazo, la textura de las hojas, el placer de pasar de página variando la velocidad según la emoción que nos transmitió la última y las maravillosas notas, apuntes o subrayados que es posible hallar en un libro prestado o viejo, están a salvo por ahora.
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