no a la mitad, no insignificante.
No solo para el sol, sino para también la luna.
Lo importante es clave, no lo único,
pero sí relevante.
Que se integre en un todo,
Y no solo en parte.
Que relaje, que se sienta, que ensalce.
La noche se hace larga,
el día se hace largo.
Esperanza en lo que no está,
ni llegará.
Importante es estar
Y también sentir.
Sentir multitud de pequeñas cosas
Inmensos placeres,
Pequeñas cosas importantes.
En el silencio se vacía el sentimiento,
Tiembla el pulso, se toca el cielo.
Se nota un latir agitado, enmascarado,
El horizonte se vuelve ciego.
Se entierra lo importante en el olvido.
No quiere rozar la flor el viento,
Por si rompe el equilibrio del silencio.
No quiere molestar, como sus ancestros,
Ni repetir llantos en silencio.
No es importante acaso que el río acaricie las suaves rocas,
Reflejando como radiante espejo su momento.
Belleza intacta de cristal,
Importancia en vela: mañana siempre amanecerá.
Estando en forma no atrae,
Ni hay forma de que la mariposa encuentre la flor.
¿Qué es lo importante si poco importa,
ni se atiende ni se entiende?
Lo importante se apaga, se gira, se pierde.
Da vueltas y se enreda,
Y ya no sabe cómo volver a serlo.
Ya no sabe si lo importante es todo lo demás,
No sabe si todas las pequeñas cosas sublimes
Llegarán a equilibrar la balanza
O serán como arena en el mar.
Aplastada queda con el dedo la necesidad:
Reminiscencias de días pasados,
Que es mejor enterrar.
Ahora entra la desazón, la duda,
el desahogo que no llega.
Ni llegará.
Y robo mientras el tiempo al tiempo,
Resto horas a la noche,
Para meditar, chasquear los dientes
Y escuchar el pitido perenne de mis oídos.
Y lo importante no llegará
Hasta mañana, quizá.