LAS TRECE LUNAS


mujer

El Camino de la Diosa

LAS TRECE LUNAS ( Una Historia Primigenia).

Cuenta la leyenda que hubo un tiempo, “más allá del tiempo”, en que la Gran Madre Luna que iluminaba las sombras de la mente en las mujeres, decidió traer a la tierra su magia encarnada y hacer portadoras y de ésta a todas sus hijas para que manifestaran en la tierra los misterios de su “luz oculta”.
Como toda encarnación requiere...se necesitaba un recipiente gestante y un tiempo de gestación... y así fue como la Gran Madre Luna decidió encarnarse en lo úteros de todas las mujeres y así fue como lo hizo en un tiempo 13 ciclos, que es el tiempo de manifestación en el mundo de la Magia.
Para ello la Señora de la noche, se unió a su Amante del día y juntos comenzaron su danza por el cielo: ella en las sombras de la noche, él en la luz del día, ella en sus ciclos de 29 días, él reuniendo en su año los días para completar en ese año los 13 ciclos de su amada, ambos en armonía...hasta que juntos en su danza de amor consiguieron, que el tiempo, la mente y la naturaleza se movieran en un mismo ritmo.
Cada mes lunar la Gran Madre Luna decidió encarnar un rostro de sí misma, un aspecto, un don y solo cuando el ciclo de 13 se hubiera completado los misterios de su luz serian conocidos y manifestados por la luz de su amante el sol.. y .así fue como en un tiempo “más allá del tiempo”, siguiendo el ritmo de lo femenino, el calendario del cielo y de la tierra se rigió por el tiempo natural y no había conflicto entre el “tiempo de la mente, el tiempo de la naturaleza” y las mujeres podían encarnar los trece rostros de la luna manifestados en la tierra.

Durante miles de años las mujeres fueron portadoras de los trece aspectos del principio femenino y los desarrollaron en la tierra, pero con el paso de los años algo cambió y la mente se separó de la naturaleza, el tiempo dejo de seguir su ritmo natural, el sol perdió su unión con las trece lunas y también cambió el calendario que medía el tiempo natural y dejó de regirse por el ciclo femenino , entonces... la mente atrapada en un tiempo antinatural ¡ enloqueció!. Y ese fue el fin de una sabiduría y el comienzo de una era de locura colectiva que llega hasta nuestros días en el que se suprimió el 13 de los meses y el 13 de los días es maldito”

Las enseñanzas de las trece lunas se hayan guardadas en algunas culturas y también en el archivo de la memoria colectiva...nuestros antepasados las fueron transmitiendo por vía oral y en la edad media muchas mujeres “aquellas a las que se llamaban brujas” honraban esta sabiduría del trece en las plantas , en los animales, en las piedras con los trece rostros de la noche guardados en ellos.
La tierra con sus cuatro reinos es la sustancia real y material que produce la fuerza de la vida, a la vez que hace de sostén de toda esa fuerza y la conserva para que no se pierda. Crea de esta forma una red o tejido material guiado por leyes de supervivencia o principio instintivos que saben como nutrir la vida y mantenerla.
La luna es el principio inteligente de energía vital que actúa dentro de esos tejidos, permite experimentar las necesidades de supervivencia sin necesidad de que intervengan los razonamientos y barre la tierra otorgándole un ritmo y un cambio. Cada mes ella alimenta a la tierra ayudándola a llenarse y vaciarse y cuando se completa el ciclo del año de las trece lunas, “toda la tierra se transforma invisiblemente”.
La Diosa de la tierra y la Diosa de la luna son cualidades de una misma fuente La Gran Madre, como principio de vida que late en el universo.
De esta unión nos hablan algunos mitos de creación: un mito de Mesopotamia dice que la Diosa hizo a la humanidad de la arcilla y al infundió el flujo de la vida con su propia sangre menstrual, porque en la creación femenina la Gran Madre tierra-luna gesta dentro de sus cuerpo todas las cosas y éstas emergen cuando “es el tiempo”.
La mujer es el receptáculo de todos los cambios las energías de la tierra y de la luna le permiten sentirse en su centro de poder. La humanidad se transforma por medio de una mujer que sigue sus ritmos. La desconexión con la luna hace a la mujer perder el ritmo y por tanto se hace vulnerable a todas las energías externas e internas.
Cuando las 13 madres lunares estaban despiertas las mujeres podían ser receptáculos de ellas y vivir cada mes la transformación y el ritmo que imponía cada luna, y cuando acababa el ciclo anual la sabiduría tomaba una nueva profundidad y así la Gran Madre mostraba más y mas sus misterios.

Solo quedan reminiscencias de la sabiduría de las trece lunas en los vientres de las mujeres que siguen respondiendo al tiempo cíclico, solo quedan reminiscencias de las trece lunas en las brujas que se han reunido a través de los tiempos en círculos de trece, solo quedan reminiscencias en las mujeres que acuden a la llamada de la luna preparándose para recibir su iniciación durante un ciclo de trece meses...y aun la Gran Madre sigue iluminando las sombras de la mente femenina en cada mujer.
Sin embargo las trece lunas siguen llenando la tierra mes a mes, el calendario gregoriano puede decirnos datos de la mente y acontecimientos del mundo medio, sin embargo nuestro calendario lunar interno nos lleva a otras fuentes ...hay trece plantas guardianas de misterios lunares, trece animales, trece piedras que todavía mantienen guardada esa memoria mágica y por ello, por ello nuestros antepasados los honraron como espíritus portadores de magia lunar, cuando formamos nuestro circulo con ellos, las trece lunas cobran vida consciente ,la sabiduría no está perdida...la inspiración está encendida, hijas de la luna, hijas de la Sabia abrid el vientre- caldero a la inspiración la Diosa con sus trece rostros
!la Danza del Sol y la Luna transformando a la Tierra y a todos sus seres
¡ Ahora Vuelve! .

Fuente: este post proviene de Ilargia, donde puedes consultar el contenido original.
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