Un estudio demuestra algo que los mexicanos ya sabíamos
No te puedes considerar mexicana si nunca saliste del antro a las altas horas de la madrugada a buscar un buen puesto de tacos (o, en el caso de las laguneras como yo, burros de hielera). Acompañar la borrachera con salsa picante para que se nos baje no sólo es típico, ¡sabe delicioso! Un estudio realizado en Corea del Sur encontró que esto no es casualidad, el gusto por el picante y el alcohol van de la mano.
El estudio comprobó que las personas que aman la comida con chile por lo general también beben mucho alcohol. Esto se debe a que los receptores del cerebro que provocan la liberación de endorfinas cuando alguien disfruta de lo picante también reaccionan a estas bebidas (claro que para todo hay excepciones).
La mala noticia es que la búsqueda de este placer puede resultar en alcoholismo, pero existe un medicamento llamado Naltrexone que evita que las personas sientan placer cuando beben, ayudando así a controlar un problema de alcoholismo. Lo curioso es que las personas que comen mucho picante reaccionan mejor a este medicamento.
Así que si tienes una amiga que ama el picante y le encanta el alcohol ya le puedes explicar, ¡todo es culpa de su cerebro!
¿Cómo ven esta teoría? ¿Aplica o no aplica?
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