Hay que destacar que no es un país de destino muy conocido por la mayoría, también que su turismo es escaso y está lleno de problemas debido a los conocidos grupos de guerrillas y sobretodo del narcotráfico, pero teníamos en mente el santuario de las rocas, habíamos visto muchas películas hechas por gente de allí con la que mantenemos contactos puramente personales y que nos hablaban de esa maravilla oculta en un paisaje imposible e impensable para un país como Colombia, más bien lo asociamos con el centro de Europa; pero no, está situado en una cañón donde el agua cae en cola de caballo ruidosa y que se puede ver desde las ventanas abiertas del Monasterio, también llamado Catedral o Templo.
Su característica geográfica ya supone problemas puesto que está muy cerca de Ecuador y ambos países se la disputan como si fuese un trofeo que poner en una estantería; yo diría que no es de nadie, simplemente es de la humanidad que la admira y que es capaz de organizar un viaje para ver lo que sus ojos aún no han visto….el Monasterio de la Virgen de Las Lajas.
Está situada a 7 kms de Ipiales, en el condado o zona de Nariño al sur de Colombia; el santuario que podemos ver hoy día es de 1916 con estilo puramente gótico y que guarda en sus entrañas el misterio o la extraña historia: una indígena llamada María Mueses con Rosa su pequeña hija, cuando se dirigían a su casa al verse sorprendidas por una tormenta buscaron refugio a la vera del camino entre las oquedades formadas por las piedras planas y anchas o losas naturales (que reciben el nombre de lajas) que son características de esa zona del cañón del río. La niña que hasta ese momento era considerada sordomuda llama su atención con las palabras: ” La mestiza me llama” señalando la pintura seguramente iluminada en forma sugestiva por los relámpagos.
El lugar desde muy antiguo ha sido nombrado varias veces como ocurrió con el franciscano Fray Juan de Santa Gertrudis, en su crónica del viaje entre 1756- 1762 por el sur del Reino de Nueva Granada publicada en cuatro tomos con el título de “Maravillas de la naturaleza”, menciona el santuario en el libro III siendo posiblemente la referencia más antigua de su existencia. También tenemos referencias en Monseñor Justino Mejia y Mejia que era capellán del santuario entre 1944 y 1977 e historiador, nos refiere la historia actualmente aceptada y que cuenta que alrededor de 1754 la imagen de la Virgen del Rosario fue descubierta por una indígena llamada María Mueses con Rosa, su pequeña hija. Después de que las autoridades y los habitantes de la región comprobaran la verdad de los hechos que fueron calificados como prodigiosos por las autoridades eclesiásticas el 15 de septiembre de 1754; el lugar fue convertido en una referencia para toda la zona incluyendo el norte de Ecuador y se procedió a edificar el santuario cuya historia tiene cinco épocas:
A finales del siglo XVIII se levantó en aquel precipicio una pequeña ermita que tras sucesivas ampliaciones y reformas, ha terminado convirtiéndose en la actual Basílica de Las Lajas, con madera y paja aguantó hasta 40 años. La segunda etapa se caracteriza por la construcción de una capilla con materiales de ladrillo y cal, con terminación en cúpula. La tercera es el ensanchamiento del edificio en dirección suroccidente obra del arquitecto ecuatoriano Mariano Aulestia, edificación que duró más de un siglo causando admiración por su atrevida construcción. La cuarta es el proyecto de una plazoleta y puente de dos arcos. Y por último es la edificación del actual santuario cuya construcción fue iniciada el 1 de enero de 1916 con la bendición de la primera piedra siendo diseño del ingeniero ecuatoriano J. Gualberto Pérez y del pastuso Lucindo Espinosa, y se terminó en agosto de 1949. Se calcula que su costo fue de 1.850.000 pesos de la época conseguidos por los aportes de los numerosos y fieles devotos especialmente de Colombia y Ecuador.
Hechos importantes:
En 1951 el Vaticano decretó la coronación canónica de Nuestra Señora de Las Lajas y el santuario es Basílica menor desde 1954.
En 1984 el Santuario es declarado Monumento Patrimonio Cultural del país mediante Resolución del gobierno colombiano.
En 2006, se declara la Iglesia Nuestra Señora de Las Lajas como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional, y se delimita su área de influencia.
En 2007 el Santuario de las Lajas es considerado una de las 7 Maravillas de Colombia al obtener la segunda votación más alta.
El Santuario está bajo el cuidado o administración de las hermanas Franciscanas de María Inmaculada y los servicios religiosos se hacen siguiendo el rito litúrgico católico romano. El peregrinaje de los devotos al santuario es permanente pero destaca en septiembre cuando se celebran las fiestas oficiales ( 15 y 16 de septiembre) y el Jueves Santo cuando, los peregrinos llegan a pie después de una travesía de más de 12 horas.
Un asidero espiritual al que se llega después de bajar y subir a los varios balcones para que ningún peregrino o turista religioso se pierda un detalle de este Monasterio que bien pudiera ser un castillo encantado con princesa incluida de cualquier cuento infantil. La procesión de peregrinos es continua y una se ve envuelta en esos rezos particulares que llevan mujeres descalzas con pies ensangrentados o de los hombres que llevan el rostro cubierto con un pañuelo negro. Aqui se une la admiración por la construcción y el respeto por ser centro de fé y creencia de muchos peregrinos venidos algunos de muy lejos. Quizás con el tiempo pierda algo de ese misterioso ambiente que se respira en su interior; pero desde luego el camino para llegar a la Iglesia es una letanía rezada en baja voz que puede hacer estación en los ángeles que custodian el camino.
La piedra blanca se hace dueña cuando nos adentramos en el puente de llegada, en su lateral la cascada pone más aún ese toque espiritual y natural de este lugar apartado del mundo. Hemos dejado el equipaje del siglo XXI para dirigirnos limpios de alma y cuerpo hasta los orígenes de la fé. Y es así como nos enfrentamos por primera vez con la fachada principal de esta maravilla. El gótico de manos del siglo XX, es fiel reflejo de ese rezo hecho piedra, los rosetones que nos recuerdan a otros templos propios del viejo continente, aquí toman forma casi vegetal con el paisaje que tiene como fondo y el agua de la cascada sigue cayendo.
Tenemos suerte de no encontrarnos mucha gente, y es por eso que disfrutamos el interior casi para nosotros solo, cosa muy rara en este lugar. Las vidrieras nos reflejan esos tonos de plegaria religiosa, el origen está expuesto en forma de cuadro Nuestra Señora del Rosario que también es mi Patrona, mira a estos extraños que vienen de tan lejos para rendirle por lo menos su respeto y hermanarse con nuestro Cádiz que tiene también a la misma Virgen como Patrona.
Y después la cripta donde la oración se vuelve más densa y el ambiente se llena de rezos purificadores. Realmente es un lugar apropiado para realizar una buena reflexión de nuestras vidas. Salimos de nuevo a la zona de la iglesia desde donde podemos ver la cascada en los pasillos que forman su balconada lateral. Y dejamos pasar el tiempo entre la contemplación del agua y la quietud de la roca.
*Datos Particulares:
Situación:
El Santuario está ubicado a 7 Km. de la ciudad de Ipiales y a 11 Km. del Puente de Rumichaca, frontera entre Colombia y Ecuador.
*INFRAESTRUCTURA:
Cuenta con excelentes servicios hoteleros en Ipiales.
*RECOMENDACIONES:
Llevar ropa adecuada para clima frio y protector solar. Los servicios de limpieza deben de ser cuidadosamente observados por todos los turistas/peregrinos: “no deje basura y no contamine las fuentes de agua”..
DAMADENEGRO 1/5/2009 (mes de María)
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