La expansión de las formas a través del espacio es el sello de la instalación artística de Crystal Wagner, creadora de estas hermosas, coloridas y complejas esculturas hechas de materiales muy simples. Con un Grado Asociado en Bellas Artes, estudios en el Atlanta College of Art, y una tesis que la llevó a la venta de una de sus grandes formas escultóricas al Museo de Arte de Knoxville; Crystal es una de las artistas más reconocidas por su juego entre lo bidimensional y lo tridimensional, punto de donde parte todo el concepto de su obra.
Crea piezas que existen gracias a la arquitectura, buscando examinar la relación de los seres humanos con su entorno y su desconexión con el mundo natural, dando suma importancia a características que a menudo no somos capaces de percibir. De ahí que los espacios se transformen en misteriosas entidades vivientes que devoran diferentes elementos de la arquitectura; formas "orgánicas", o como ellas las nombra, “paisajes exóticos biomórficos". Por lo general la realización de cada obra le toma alrededor de dos semanas, con trabajo de 12 a 18 horas diarias. Pero su proceso creativo siempre resulta de la misma manera: Los primeros 15 minutos constan de observar la ubicación e imaginar lo que hará, dando suma atención e importancia a la arquitectura, la luz y el espacio, buscando características únicas para enfatizar o exagerar con la pieza. Posteriormente, pasa al bocetaje y selección de color, para empezar a trabajar la base de su escultura con red de alambre y diferentes técnicas, como el grabado. Finalmente agrega el material que proporcionará los colores elegidos.
Su trabajo culmina con una importante variedad de formas, detalles y texturas únicas, que por extraño que parezca, toman inspiración e influencia de figuras como Elon Musk, el visionario co-fundador de Tesla, el autor David Abrams, y Radiolab. Y la ha llevado a colaborar con The Flaming Lips, Nike y Viacom.