Acercarme a Santander, aunque sea por trabajo, es una suerte y más en primavera. Un paseo por la bahía es recargar un poco de mi Norte y a mí ya sólo eso me da la vida. Es terminar mis cosas de trabajo e irme a andar por la ciudad en plan urbanita, o hacia el Sardinero con las zapatillas y mi música. Es hacer muchas cosas en un lugar muy agradable, con encanto y en el que me siento realmente bien. Es quedarme en un banco, ver Pedraza al fondo y llamar a mi amiga Sara para ver cómo va todo. Es llegar a casa y decirle a Alfonso que tenemos que ir, pero de plan fin de semana, sin el Ipad.
Mis sitios en esta preciosa ciudad son:
Siempre me alojo y trabajo desde el Vincci Puertochico y lo recomiendo siempre. Porque detrás hay un equipo humano de nota que me mima y porque es pequeño y muy familiar. La vida es así y en ese hotel me dieron una noticia terrible y no tengo palabras para darles las gracias por lo bien que me atendieron… El sitio es muy bueno porque está a 10 minutos andando de la playa y a 10 minutos del centro. Porque Tino te saca lo que quieras en la terraza que está en el paseo más agradable de la ciudad. Es sencillo y no hace falta más. Las vistas lo dicen todo y las casas elegantes que hay ahí mismo.
Paula es La Folie y La Folie es Paula. Una preciosa tienda multimarca que trae cosas intemporales de Masscob (allí lo descubrí hace muchos años), Malababa, Zubi… Y tiene la colonia fresquita Hierbas de Ibiza que es la que uso desde hace muchísimo tiempo. Paula ha llevado su excelente gusto, su dedicación y buen ojo a un local más grande y precioso. No sólo merece la pena ir por las cosas tan bonitas que tiene, merece la pena porque detrás hay un trabajo incansable que he visto siempre en ella. Se merece todo.
En la tienda Yowe tienen ropa súper, es otra liga. Vestidos impresionantes de Jorge Vázquez… para soñar. Bueno y calcetines de Jimmy Lion, que me llevé un par por Reyes. Otra tienda con pintón es Percha: las mejores marcas internacionales están allí; ETRO, Saint Laurent, Valentino… Sencillamente es impresionante. O Del rosa al amarillo, con un punto muy a lo Isabel Marant.
Deco: El estudio Cromoduro. Es querer llevarte absolutamente todo a casa, pero todo, todo… Yo creo que hacen los proyectos de las casas más bonitas de Santander. Doméstica es originalidad pura y mucha chispa. Pequeñas cosas especiales, y otras no tanto como mobiliario, para tener en casa. Yo tengo dos trapos que uso como mini manteles y pongo todos los días para cenar. Y los platos ya parecen otra cosa con ellos.
Jamás regreso a casa sin pasar por alguna de las Gómez, las míticas confiterías con los sabáos pasiegos que son de verdad de verdad. Y hacen unas mermeladas, según en temporada, que son riquísimas. Y para anchoas, las San Filippo. No lo digo yo, lo dice mi cuñado que es de Santoña. Hay muchas generaciones detrás y son impresionantes.
Un plan precioso, y en primavera más, es coger el barquito de Los Reginas y dar una vuelta por la bahía, pasar por Pedreña, ver la ciudad desde la costa es ver mucho.
Soy absoluta fan del grupo Deluz y cia. Absoluta fan desde hace muchos años. Por saber hacer las cosas muy bien, por una cocina hecha a fuego lento, sin pretensiones y de calidad, por unos sitios con su propia personalidad. En Madrid está La Carmencita, con eso ya lo digo todo.
El menú del día de “Días de Sur”. Como siempre allí, siempre. No he encontrado un sitio que se coma así por 13 euros, en ninguna parte. Es una cocina sencilla de la tierra hecha con mimo y con un punto de otros platos más internacionales. Es comer sano aunque esté fuera de casa. Y el que me tratan muy bien. Y el copy de la carta me engancha. Días de Sur es acertar cada día.
El sitio más especial para una cena romántica o ¡qué caray! una cena con amigas, de esas que dan la vida, es en Deluz. Es la casa más bonita de el Sardinero. Y en fin de semana tienen un menú cerrado con copa, baile y lo que se tercie. El jardín es precioso. Si tuviese que celebrar algo bonito, lo haría con ellos. Siempre quiero llevar a Alfonso allí. A ver si es verdad y alguna vez vamos a esta maravilla de ciudad y sin Ipad, por favor.
“El italiano”. Espectacular. Hay que ir, probar sus platos hechos al momento, escuchar temas italianos de hace muchos años y querer llevarte todo a tu ciudad. La pasta y la pizza los traen de otro planeta.
A ver si regreso a esta maravilla de ciudad con Alfonso y sin Ipad ni reuniones…
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