"Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver". Esta frase, pronunciada por James Dean en el filme Knock on any door, podría aplicarse a muchos mitos artísticos del siglo XX que dejaron una obra infinitamente influyente para a continuación fallecer a una edad temprana. Uno de los primeros fue Schiele: una epidemia de gripe se lo llevó antes de cumplir siquiera los treinta, pero ya había dejado atrás una producción artística extraordinaria.
Autorretrato con Physalis, Schiele, E. 1912 Junto a otros grandes del secesionismo austríaco, como su maestro Gustav Klimt u Oskar Kokoschka, Schiele dejó atrás las normas y modelos del arte figurativo clásico para llevar el retrato del cuerpo humano hasta nuevos límites en aquel momento inexplorado. Sus cuerpos (tanto el propio como el de las numerosas musas que tuvo) se retuercen en extrañas posiciones, forman líneas geométricas que alternativamente nos alejan de lo real pero también buscan revelar la verdadera esencia de las cosas... Schiele consiguió en apenas diez años de producción artística depurar su estilo para conseguir un equilibrio entre la tensión geométrica y la sensualidad inherente, entre lo cerebral y lo orgánico, entre su infinito mundo interior y los detalles que captaba del mundo real.
Desnudo, Schiele, E. 1917
Conmemoramos los cien años de su muerte con una selección de sus obras; y tú, ¿sientes que el arte de Schiele te ha influido a la hora de enfrentarte al dibujo? ¿Te sientes atraído por sus pinturas o eres de los que las rechazan por su violencia?
Autorretrato con Jarrón de Arcilla Negro, Schiele, E. 1911 Dos Mujeres, Schiele, E. 1915 Autorretrato Desnudo, Schiele, E. 1910 Autorretrato con Wally, Schiele, E. 1914-1915 Mujer Sentada con la Rodilla Doblada, Schiele, E. 1917