La ilustradora constructivista María Picassó i Piquer da vida a "El papel amarillo"

La ilustradora constructivista María Picassó i Piquer da vida a “El papel amarillo”
Hablamos con la ilustradora española para descubrir los secretos del proceso que hay detrás de las ilustraciones de El papel amarillo, obra cumbre del cuento de terror recientemente editada en castellano.

Cuando la escritora estadounidense Charlotte Perkins Gilman publicó, allá por 1891, su relato El papel amarillo, la acusaron de querer volver loca a la gente. Ella, que había atravesado varias depresiones a lo largo de su vida, plasmó en unas pocas páginas la historia de una mujer atrapada en una habitación de su propia casa, incapaz de comunicarse con sus seres queridos y obsesionada con el misterio del papel amarillo que recubre las paredes de su cuarto. La intención de Perkins Gilman con este relato, pionero tanto del género de terror como de la literatura feminista, fue ayudar a aquellas mujeres que estuviesen pasando por lo que había tenido que superar ella, mostrando cómo la espiral de la depresión, sin un tratamiento adecuado, podía tener consecuencias catastróficas.

En 2017, la editorial española Bestia Negra decidió lanzar una nueva traducción de El papel amarillo. Su edición, buscando hacerle justicia a una obra que hasta el momento había sido maltratada en sus ediciones en castellano, incluiría ilustraciones para incidir en el fuerte componente visual del relato. Y la artista elegida fue Maria Picassó i Piquer, ya reconocida internacionalmente por su particular estilo de caricatura constructivista.

Ahora, Maria, cuya técnica puedes descubrir en el curso Retrato geométrico minimalista, se enfrentaba a su primer libro ilustrado. Incluso después de haber ilustrado para revistas como ICON o Zwölf o haber conseguido que su trabajo llegase a innumerables soportes (videojuegos, portadas de libros, ropa...), la ilustradora y caricaturista tuvo que aplicar sus dinámicas de creación a un nuevo tipo de encargo. Para conocer cómo lo hizo, hablamos con ella sobre el proceso detrás de las ilustraciones de El papel amarillo.
¿Qué ha sido lo que más te ha gustado de ilustrar El papel amarillo?

Por un lado, me ilusionó que, a pesar de ser más conocida por mi trabajo en retrato, la editorial confiara en mí para este trabajo. Eso me permitió explorar nuevos terrenos y eso que se dice de "salir de mi zona de confort". Se trata de una edición lujosa, donde también se han mimado la tipografía, la traducción, los acabados del papel... aprecio mucho la calidad de todo el conjunto y ser parte de ello es realmente un halago. Y, por supuesto, la oportunidad de poder ilustrar a Charlotte Perkins Gilman. No podía pensar en una mejor manera de iniciarme en el mundo del libro ilustrado que una obra de una autora consagrada.

¿Es importante conectar con la historia y con quien la escribe para sacar el máximo partido a la ilustración?

Totalmente, sobre todo cuando se trata de una narración tan íntima. No puedes quedarte como una mera espectadora, conectar directamente a nivel de sensaciones y sentimientos te ayuda a tomar decisiones como ilustradora que te permiten poder transmitir todo lo posible.

¿Cuál es el proceso creativo que llevas a cabo para la ilustración editorial?

La parte principal del proceso es empaparme del tema. En el caso que nos ocupa, se trataba de interiorizar la historia e investigar la vida de la autora, puesto que el relato tiene un fuerte componente autobiográfico. Es un relato intenso, triste, angustioso... y creo que sentir todo eso era necesario para poder transmitirlo. Luego se trató de hallar la mejor manera de plasmar esas imágenes casi abstractas que se formaron durante la lectura. ¿Cómo te documentas o qué trabajo realizas antes de lanzarte a ilustrar una obra como esta?

Puesto que la traducción existente en español hasta la que hicieron para la edición de Bestia Negra era anticuada y sesgada, leí muchas veces el relato en el idioma original. Cada vez tenía las imágenes mentales más claras. Las boceté y las comentamos con la editorial. Luego solo quedaba trabajar en las ilustraciones finales.

¿Cómo decides qué parte de la historia será ilustrada?

En este caso, fue el equipo de la editorial quienes se encargaron de la selección de fragmentos a ilustrar.

¿Qué es lo mejor y lo peor de acompañar con tus diseños una historia?

Lo mejor, poder añadir mi granito de arena a una obra que es un referente por sí misma. Lo peor, precisamente cuando ilustras una obra tan relevante como esta, es siempre el miedo a no estar a la altura, así que opté por centrarme en dar lo mejor de mí: en eso sí que podía estar segura. Quizá te interesen estos cursos

- Retrato geométrico minimalista.
- Ilustración vectorial con estilo.
- Técnicas avanzadas de ilustración vectorial.
- Introducción a la ilustración infantil.

Fuente: este post proviene de este blog, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Inspírate en el trabajo de estos ilustradores que tienen diferentes musas y estilos para activar ese clic en tu proceso creativo Si estás en medio de un bloqueo creativo o simplemente quieres darle un ...

Un buen naming transmite la actividad de la empresa y genera valor de comunicación en el usuario. Descubre su proceso en cinco puntos El naming es el arte de la creación de nombres, su proceso creativ ...

Hablamos con Olivia Meza, editora mexicana, para que nos explique qué es el editorial de moda Olivia Meza de la Orta es editora, periodista y académica de moda. Actualmente dirige su proyecto editoria ...

Etiquetas:

Recomendamos