Nada más llegar lo primero que hicimos fue visitar la oficina de turismo para que nos explicaran un poco lo que se podía ver en la villa. Allí nos indicaron que lo más bonito es recorrer sus calles, así como contemplar su muralla. Nos señalaron también que se podía visitar la iglesia de Santa María de los Reyes, aunque sólo se podía realizar en un horario determinado y por nuestros planes no nos encajaba, aunque la verdad es que su portada llama mucho la atención.
También nos indicaron que visitáramos el reloj de la plaza Mayor llamado “El Carillón”; ya que a determinadas horas del día salen tres danzantes, primero salen dos ataviados con la vestimenta típica de la guardia y finalmente aparece “El Cachimorro”, la verdad es que es muy divertido por lo que os invitó a verlo.
Hablando de tradiciones dentro de la propia oficina de turismo podéis observar una maqueta del pueblo que os puede servir para orientaros, trajes, así como varios gigantes y cabezudos típicos de esta zona.
Pero bueno lo bonito de este pueblo es recorrer sus calles, entrar en sus comercios, ver sus estatuas, visitar sus murallas, acceder por las diferentes entradas que tiene la ciudad, ya que el casco antiguo es peatonal, por lo que debes dejar el coche fuera y llegar andando. Dependiendo en la época en la que te acerques tendrás mayor o menor problema en aparcar el vehículo.
Sin embargo, este no el único pueblo medieval que existe en la zona, aunque para mí si el más bonito, pero si os encontráis por allí os animó a que visitéis El Ciego y su famosa bodega de Marqués Riscal o San Vicente de Somosierra, aunque por el frío nosotros tuvimos que dejar estos pueblos para nuestra próxima escapada.