En la planta baja se pueden encontrar algunas tiendas, cafeterías y restaurantes, mientras que la zona superior está dedicada especialmente a las oficinas y espacios de negocios.
Durante el siglo XVI el barrio de Santa Brígida era una zona deprimida con algunos callejones con muy mala fama en los que se producían delitos constantemente. Los prostíbulos y las peleas estaban a la orden del día y se llevaban a cabo elevadas construcciones en las peores condiciones.
Con la aprobación de la ley de saneamiento de la ciudad se presentaron diferentes proyectos entre los que encontraba la construcción de una gran galería con cuatro brazos cubiertos por una cúpula, una zona ideal para pasear sin miedo, donde los hoteles y las tiendas podían disfrutar de su tan ansiada tranquilidad.
En el momento de su creación la Galería de Humberto I (Galleria Umberto I) fue una auténtica revolución y se convirtió en un lujoso espacio de moda y restauración, aunque actualmente le cuesta brillar como lo hizo en el pasado ya que cuenta con algunos locales cerrados, pero merece la pena hacerle una visita.