Jueves reflexivo: había un viejo sentado en la terraza vacía de una calle peatonal

Reflexión del jueves: el anciano misterioso

Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a jueves, el día de los post improvisados. Llevo tanto tiempo sin hacer esta sección que no sé lo que saldrá. Así que sin más rollo, empezamos.

La verdad es que estaba pensando en algún tema para hablar cuando ha venido a mi mente una persona a la que veo a menudo, y que me tiene intrigada. Os pongo en contexto. Desde que hace un año llegó a mi vida una maravillosa perrita, todas las noches salgo de paseo con mi marido y con ella. Durante la semana mi marido solo puede hacer este paseo perrruno, porque durante el día nos vamos turnando los demás, según disponibilidad. Así que el paseo de la noche es nuestro, de los dos, y nos gusta, aunque a veces nos dé un poco de pereza.

No hacemos siempre la misma ruta, excepto una parada en un parque concreto para saludar a los amigos perros. Pero unas veces vamos hacia el centro, otras hacia la playa, otras salimos hacia una zona llena de espacios verdes...

Cuando vamos por el centro hay algunos personajes recurrentes, como si de una serie de televisión (o de Netflix, que es más moderno) se tratara. Uno de ellos es el sereno, o la serena, porque últimamente es una serena. Siempre nos deseamos las buenas noches y charlamos un ratito, y es algo raro y que me gusta. No son charlas importantes, a veces es sobre el tiempo, otras sobre el mundo perruno, y otras sobre algo que ha pasado (en plan la nueva novia de Urdangarín, jejeje).

Otro personaje recurrente es el conductor del camión de la basura. Coincidimos mucho, no siempre en la misma zona, y ya nos saludamos.

Y el tercer personaje es un hombre que me tiene intrigadísima. Empecé averlo a mediados de diciembre. Siempre está en el centro de la ciudad. La primera vez que lo vi fue un poco antes de Navidad. Su aspecto llama la atención. Es alto y lleva el pelo largo y blanco, al igual que su barba, y no podría precisar su edad porque a pesar del cabello totalmente cano su rostro es alegre y juvenil. Pero yo creo que es anciano porque emite un auira de bondad y sabiduría que se palpan en la noche. Viste ropa de invierno, trenca, jersey de lana y pantalones de paño, y a veces un gorro verde como de fieltro. Y tiene aspecto de persona limpia, con el pelo reluciente y peinado, tiene hasta ondas, y la barba se ve cuidada.

A veces está de pie en algún portal, y a su lado hay un enorme carro, pero enorme, tan alto como él, con lo que imagino que son sus pertenencias, que guarda en bolsas de rafia, de esas de cuadros, bien cerradas. Y al lado del carro hay unas cajas también llenas de cosas.

Otras veces está sentado en la mesa de una terraza que pertenece a un bar que me encanta, donde he ido mucho a escuchar música en directo. Lo vemos cuando el bar ya ha cerrado, iluminado tan solo por la luz de las farolas que bordean la calle peatonal, y hasta hace nada también por las luces navideñas. El carro está a un lado y las cajas en sillas, y cada vez tiene más cajas. Normalmente está leyendo. Y ahora es donde se rompe el encanto, porque no es un libro con aspecto de joya antigua o de incunable. No. Es una tablet, y en la parte de atrás tiene una pegatina de la bandera de inglaterra.

Un día lo vi durante el día, iba con mi hermana y a ella también le intrigó mucho. A la luz del sol parece que su pelo y su barba relucen aún más, y su aura de persona sabia e interesante se mantiene tan fuerte como durante la noche.

Cuando lo vi por primera vez os juro que pensé que me iba a ocurrir lo mismo que en algunas pelis navideñas: era Papá Noel y venía a que mis deseos se cumplieran. Todo en él recuerda a Papá Noel, pero no el que hizo famoso Coca Cola, me recueda a San Nicolás. No sé si me explico.

Siempre creí que se iría con la Navidad. Sí, es una tontería, pero todo en él me hacía pensarlo.

Ya sabéis que estuvimos confinados por dar positivo en Covid, así que pasamos un tiempo sin paseos nocturnos. Cuando volvimos a retomarlos la serena y el conductor del caminón de la basura siguieron en su sitio, y yo pensaba que mi Papá Noel particuar se había ido con las fiestas. Pero no. Al pasar junto a la terraza vacía que frecuenta lo vi. Estaba allí. A un lado estaba el carrito cargado de cosas, y también las cajas. Y sobre la mesa esa tablet que parece gustarle tanto.

El otro día subí a casa antes que mi marido, tenía que preparar cosas y la perrita aún no había terminado así que él se quedó unos cinco minutos más. Pues en ese tiempo vio una especie de lluvia de estrellas o satélite desintegrándose(hizo fotos pero no se ve nada) y subió a casa alucinando. Y yo, os prometo, que durante algunos minutos relacioné ese hecho con el señor misterioso. Al día siguiente leí en el periódico que lo que vio fue un satélite desintegrándose, no estaba muy equivocado, y entonces me lamenté por haber subido antes y perderme algo así, jejeje.

Cuando un par de días después volvimos por la zona donde suele estar casi esperaba no encontrarlo, imaginaba que se había ido en su nave espacial, pero allí sigue, leyendo impertérrito en esa terraza que tanto me gusta, que bordea una calle peatonal.

Y mi curiosidad va en aumento. No os imagináis lo intrigada que estoy. Quizás sea una persona sin techo que vive en la calle, pero no lo parece. Y si no es así, entonces, ¿por qué va con todas sus pertenencias de un lado a otro? ¿Dónde carga la tablet, si solo lo veo en portales y terrazas de bares que han cerrado? Y ya puestos, esa bandera que lleva en la tablet, ¿indica que es extranjero?

¡Cuántas preguntas sin respuesta!

Bueno, voy a parar porque me estoy extendiendo mucho. Muchísimas gracias a todos por leerme y nos vemos el sábado con el repaso semanal y algún especial. Si alguien de Gijón sabe de quien hablo y tiene alguna información estaría muy agradecida, jejejeje.

Os dejo un vídeo con una canción de Navidad que mi marido y yo hemos escuchado mucho y nos gusta un montón. Y sale Matt Dillon, que me tenía loquita cuando era adolescente.







Muy feliz jueves a todos.