Ayer sábado un grupo de Anidi Dos Hermanas, integrantes del proyecto El Vuelo de Icaro tuvo que abandonar la cafeteria Milenium, sita en Dos Hermanas, ante la intolerancia y malos modos del dueño del local.
Mis compañeras nos han dicho que el dueño, de entrada, se dirigio a ellos y les dijo que al verlos entrar le dieron ganas de cerrar el bar y luego que controlaran a un chico que estaba gritando, que el no podia aguantarlo que le estaba entrando dolor de cabeza y que eso era un negocio y había clientes a los que estaba molestando, que debian controlarlo, que si los monitores no eran logopedas, pues que deberian haberlos enseñado a controlarlos antes de sacar a los chicos.
Los monitores al ver la actitud del dueño optaron por marcharse para no entrar en discusión con él, ni poner mas nerviosos a los chicos, que ya se estaban dando cuenta de todo. Se marcharon al bar El Tropezón, donde fueron tratados con amabilidad, como a cualquier cliente, solo pedimos eso, amabilidad, comprensión y respeto.
El chico no estaba gritando por gritar, es su forma de comunicar su alegria, es su forma de expresarse ¿que debemos hacer, reprimirlo para que no moleste a los demas? ¿dejarlo encerrado en casa para que no moleste a nadie? ¿Que hacemos cuando hay alguien gritando, cantando, hablando fuerte en un bar, cuando hay niños pequeños gritando, corriendo y alborotando entre las mesas? has visto alguna vez llamarle la atención a alguien por eso? llamarle la atencion a los padres? yo eso no lo he visto nunca.
¿Porque tiene que ser distinto con los discapacitados que solo quieren tener una vida normal como los demás? Salir de paseo con los amigos, ir al cine, tomar unas tapas en un bar y a ser posible sin que nadie los mire y los trate como a bichos raros.
Hay que tener un poco de empatía y ponerse en el pellejo y en los sentimientos de los demás.
Mi respeto y cariño para los padres de ese chico que están sufriendo por como le han tratado y a todas las personas con DISCAPACIDAD INTELECTUAL y a sus familias.
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