Un día conocí a alguien que me hacía sentir la más consentida del mundo, la que lo merecía todo y quien solo tenía que desear algo para que se hiciera realidad y descubrí que como aquí te contamos, no necesitan agredirte física o verbalmente para violentarte.
Me impresioné cuando me enviaba flores a los trabajos nuevos que llegaba, también cuando estaba dispuesto a ayudarme a pagar cuentas que yo no podía pagar.
Todo era maravilloso o al menos eso me parecía hasta que comencé a notar algunas cosas que no me cuadraban.
Por ejemplo, que todo el tiempo estuviéramos en contacto, es decir, no me molestaba responderle los buenos días, pero creía innecesario reportarme cada treinta minutos.
Si salía con amigos, me preguntaba a dónde y con quién, claro de una forma tierna que poco tiempo después me pareció más sospechosa que linda.
Cada vez perdía más mi privacidad y también el tiempo que tenía para mí. Mi vida giraba en torno a él. Me quedé sin tiempo para mí y todo comenzó a ir de mal en peor.
Nunca peleamos, él siempre evitaba las discusiones. No entiendo por qué, pero eso en lugar de ayudar a construir o mejorar nuestra relación, considero que fue lo que la arruinó por completo.
No se puede ir por la vida pensando que todo va bien, cuando algo en tu interior te dice que no es así.
Cuando me armé de valor y terminé la relación, conocí su verdadero yo. Una persona egocéntrica y sin autocrítica que, aunque le repetí una y otra vez los motivos para alejarme era incapaz de entenderlo.
No niego que por mi cabeza pasó la idea de volver, sin embargo, no permití que la nostalgia me ganara y aunque no tengo una fórmula para superar a los amores tóxicos, puedo compartirte lo que me funcionó para no regresar nunca más.
1.- No te dejes de llevar por la nostalgia
2.-Recuerda las razones por las que terminaron
3.- Piensa en tu tiempo libre, valóralo y disfrútalo
4.-Recuerda las metas que dejaste a un lado
5.-Haz planes con tus amigas o contigo misma
6.- Si lo crees necesario, busca ayuda profesional
7.- No te cierres a un nuevo amor
La vida es muy corta como para vivir en un eterno mal de amores, cuando te liberas de una relación tóxica una parte de ti se quiebra y duele, claro que duele, pero poco a poco recuperarás esa versión de ti que olvidaste, solo que esta vez, vendrás recargada y lista para la siguiente batalla.