Hola a todos!!!!!! ¿Qué tal empieza la semana? Espero que fenomenal. Yo estoy(espero) pasando unos días en el pueblo, así que he dejado el post programado. Si lo estáis leyendo es que todo ha ido bien.
Y como ya estrenamos mes nos toca repasar este que se nos ha ido, el de los días largos con sabor a verano. Ya sabéis que solo pongo lo bueno, lo malo lo dejamos a un lado aunque este mes no he tenido demasiado malo. Si os apetece ver mi I´m Currently loving de Julio del año pasado os lo dejo aquí.
Y sin más rollo empezamos.
Julio ha sido un mes variado, yo creo que el más variado del año, con Semana Negra(os hablé de ella aquí), Metropoli(os hablé aquí), exhibición aérea, festival de Arco Atlántico, algo de monte, comidas familiares de esas que saben a gloria, excursiones, playa, helados y risas. Pero si tengo que destacar algo de Julio han sido los conciertos y los destellos.
He asistido a un concierto de mis hijos con el coro, a varios de mi hijo con su grupo y a uno de mi hija con el suyo en el que colaboró también mi hijo, vamos que no han parado. Y además pude asistir a uno de Mikel Erentxun y a otro de música celta, así que no hay queja.
Y lo de los destellos lo iréis viendo vosotros con las fotos.
Cuando el sol se pone siempre nos regala sus mejores rayos, supongo que es una especie de regalo de despedida, y el mar, que no quiere quedarse atrás, nos brinda sus más bonitos destellos.
Recorrer la playa con esta luz es un regalo.
Aunque no todos los días de Julio han llegado pintados de sol, muchos han sido grises, pero no nos ha faltado algún punto de color para alegrarlos.
Otros días simplemente nos hemos puesto a caminar y nos hemos encontrado con Don Quijote y Sancho, que emprendían camino para vivir esas aventuras que tanto gustan desde hace 500 años.
Julio ha llegado cargado de música, a veces en la intimidad del jardín botánico, con los árboles lanzando destellos, siempre destellos, y el sonido de la guitarra envolviéndolo todo.
Ver a Mikel siempre es genial pero tan cerca(en la foto no se aprecia lo cerquita que estaba) y en un lugar así...es lo más.
Y otras veces el rock de siempre, el bueno, cantado por mi hijo en algunos sitios donde se vive la música en directo.
Con el verano llegan los tiempos de risas y de juegos, y ver a la gente volar cometas es genial, o volarlas nosotros...aunque ese día solamente miramos.
Uno de los festivales, ya emblemático en mi ciudad, es el de la Exhibición Aérea de Gijón, y la playa es surcada por aviones antiguos, con música de los años 40 llenando la bahía.
Y también hay helicópteros haciendo demostraciones para que entendamos como apagan los incendios, o aviones modernos.
Y de nuevo vuelven los destellos, esta vez al mar más abierto, con la ciudad enmarcando esos colores que parecen escaparse del agua.
Ya sabéis que me gusta mucho Star Wars así que el festival Metrópoli me encantó. Además de grandes actuaciones musicales tuvimos Guerra de las galaxias en abundancia.
Vimos objetos de colección, recreación de escenas, concurso de cosplay, incluso vimos una peli documental de David Prowse(Darth Vader) a la que él finalmente no pudo asistir por salud, pero estuvo genial. Y la comida de las camionetas estaba buenísima.
Y me encontré más destellos al caminar un atardecer cualquiera.
Y en mis paseos vimos motos chulas de esas que todos queremos tener para viajar por carreteras tranquilas, largas y llanas, cantando canciones antiguas, en plan Marisol o El Dúo Dinámico.
Algunos días nos fuimos a la playa por la mañana, evitando los destellos y empapándonos de la luz clara que nos rodeaba, salpicándonos y disfrutando del descanso.
Y también mi hija actuó con su grupo, con muchos nervios porque acaban de empezar, pero cargados de ilusión.
Y otro día nos fuimos a pasear por otro festival, esta vez el Festival del Arco Atlántico, con comida rica, rica, talleres, exhibiciones y un par de exposiciones de fotos antiguas que me conquistaron.
Y algunos días nos bañábamos mientras nos sentíamos observados por decenas de barquitos que estaban en el horizonte, chiquititos y disfrutando de la paz.
¿A qué es genial el director del coro de mis hijos? Tiene una marcha...y la que al final dice que casi se mata soy yo, y aprovecho para lanzar una idea. En los asientos de los teatros o auditorios, en el respaldo, deberían poner un ganchito para dejar el bolso como en los bancos de la iglesia, porque lo que me pasa es que metí el tacón en el asa del bolso que tenía en el suelo cuando me levanté, ainnnns. Si pudiese colgarlo eso no pasaba.
Y nos vamos con más destellos, esta vez no recorremos la playa, es una foto hecha desde el agua, sintiendo toda esa tibieza que nos regala el ocaso.
Muchísimas gracias por leerme y perdonad que no conteste a los comentarios, os recuerdo que el post está programado.
Nos vemos el miércoles con un truco si es que lo he programado bien.
Un beso enorme!!!!!!!