Hoy quería hablaros de una banda sonora que me encantó cuando la escuché. Se trata de la partitura compuesta por Lennie Niehaus para la película “Un mundo perfecto“, que dirigió Clint Eastwood en 1993.
Pero cómo, ¿otra vez 1993? Pues sí, volvemos a uno de los grandes años en cuanto a películas se refiere, con títulos como “La lista de Schindler“, “Lo que queda del día“, “Philadelphia“, “Tierras de penumbra“… y ahora “Un mundo perfecto“. Una cosecha de verdad impresionante.
Esta película se me escapó en su momento y no fue hasta hace poco que la vi. Si no la habéis visto, os la recomiendo, os va a encantar. Además de que la protagonizan Clint Eastwood y Kevin Costner, la acción engancha desde el primer momento y la música que suena de fondo hace que tengamos ganas de escucharla una y otra vez.
Para los que no habéis visto la película, os la resumo en un momento. Texas, 1963: dos reclusos (uno de ellos Kevin Costner) se escapan de la cárcel y en su huida toman de rehén a un niño de 8 años. Mientras el policía al mando (Clint Eastwood) se pone manos a la obra e inicia la persecución, asistimos a una genial “road movie” en la que la relación que se forma entre el fugitivo y el chaval consigue sorprendernos y emocionarnos. De paso, dinamita la habitual ecuación de “secuestrador = malo de la película”.
El cine nos ha mostrado esa época como si fuese el despertar de la inocencia que vivió el país en los 50 con la llegada de una nueva década más complicada: problemas raciales, máxima tensión en la guerra fría, el asesinato del presidente Kennedy y la guerra de Vietnam. En “Un mundo perfecto” vemos esos últimos momentos de ingenuidad en esa sociedad gracias a una historia muy bien contada, a unas interpretaciones soberbias y a un trabajo de ambientación excelente.
Lo que voy a decir a continuación de Clint Eastwood es cualquier cosa menos objetivo, pero es así como lo siento: creo que borda todos sus personajes y que película en la que aparece, película que me encanta. Eso sí, me quedo con las cintas de sus últimos años (“Gran Torino“, “Million Dollar Baby” o “Los puentes de Madison“) en las que la emotividad prima sobre el cinismo-macarra de su personaje “Harry Callahan“.
Mi opinión sobre su compañero de rodaje, aun siendo muy de “grandes titulares”, creo que va a ser mucho más objetiva: en “Un mundo perfecto” Kevin Costner logra la mejor interpretación de su carrera. Costner me gustó mucho en “Los intocables de Eliot Ness“, “Bailando con lobos” y “J.F.K.“, pero en la película de esta semana hace un trabajo simplemente brillante. Su personaje de Butch Haynes, fugitivo huido junto con su rehén, consigue ponernos la piel de gallina como en pocas películas hemos visto. Su interpretación es de las que no se olvida.
La ambientación a la que me refería más arriba se consigue también gracias a la música que Niehaus compuso para la película. Lejos de la fanfarria propia de películas de persecuciones o thrillers, la banda sonora de “Un mundo perfecto” es sosegada y tranquila: acompaña suavemente de fondo las idas y venidas de los protagonistas y destaca la evolución psicológica que sufren conforme avanza la acción.
Lennie Niehaus es el compositor que trabaja habitualmente en las películas de Clint Eastwood. Juntos han colaborado en “El jinete pálido“, “Sin perdón” o “Los puentes de Madison” y han conseguido acompasar de una manera fantástica el tempo de las partituras al ritmo pausado de esas historias. De hecho, no sé si os pasa lo mismo, pero casi se puede identificar una banda sonora de este estadounidense de ¡87 años! cuando la oyes: tiene una especie de “sello propio” que asociamos a lo evocador o nostálgico de sus melodías.
Lo tengo claro: para mí Leonard Niehaus es un artista como la copa de un pino y el tema que del que os hablo es clasicismo puro.
Aquí os pongo el fragmento que más me gusta: se trata de la pieza que acompaña a los títulos de crédito finales. Se titula “End Credits Medley” y es un compendio de los distintos temas que se escuchan durante la película.
No sé si he conseguido convenceros de que veais “Un mundo perfecto” pero tengo que insistir: para mí es una película de las imprescindibles, de las que nos llegan hasta lo más hondo.
Sin desvelar nada, os aseguro que la escena final se os grabará en la memoria igual que el final de “Los puentes de Madison“. Está claro que el amigo Clint sabe exactamente qué tecla tocar para emocionarnos.
“Un mundo perfecto” (“A Perfect World“, Clint Eastwood, 1993)
Si os gusta la música de “Un mundo perfecto”…
… no podéis dejar de escuchar los temas de otras bandas sonoras compuestas por Lennie Niehaus. Aquí tenéis el enlace a su CD, junto a los de “Los puentes de Madison” y “Sin perdón“.
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La entrada es un contenido original del blog Descartes no fue al cine