con la mirada perdida.
Siempre creíste tener bajo tus pies
toda tu vida.
Y ves la muerte llegar pronto, de repente,
como una estampida.
Las cicatrices nunca acaban de cerrar,
el miedo acecha en tu despedida.
Flores de un jardín que nunca cautivó,
y piensas que esto ya no te motiva.
Y sigues buscando aquella luz
recuerdos de una juventud dormida.
En blanco y negro se revela tu papel,
fotografía de antes perseguida.
Quedará la paz y el sosiego en tu interior:
lección de clase bien aprendida.
Insomne y resplandeciente umbral
de una frágil alma construida.
Esperanza que se impregna dulcemente
en el cielo y la tierra removida.