Los aficionados al cine nos hemos habituado a potentes campañas publicitarias para promocionar ciertas producciones que llegan a nuestras carteleras que, en muchas ocasiones, copan tanto autobuses como marquesinas, pasando por cuñas en televisiones o publicidad en prensa, entre otras. Desgraciadamente, es muy habitual utilizar esta agresiva técnica publicitaria para tapar ciertas carencias de la película que se pretende promocionar, siendo esto algo que, os adelantamos, nos ha ocurrido en esta ocasión.
Cuando a mediados de septiembre, en plenos preparativos del Zinemaldia de 2017 (el Festival de Cine de San Sebastián), se desató una gran polémica por la lona publicitaria de “Fe de etarras”, protagonizada por el texto tachado de “Yo soy español, español, español…”, en este equipo nos quedamos sorprendidos, ya que la campaña realizada era sencilla, directa y muy inteligente. Es más, gracias a la polémica desatada por dicha lona, Netflix consiguió que la película se colase en más de un noticiario de este país dada la polémica que desató en ciertos sectores sociales de este país.
No os vamos a engañar, la temática de “Fe de etarras” (la cual, dicho sea de paso, es la última película española producida por Netflix y dirigida por Borja Cobeaga) no nos resultaba en absoluto interesante, pero la gran polvareda que levantó su promoción despertó nuestra curiosidad, por lo que le buscamos un hueco tan pronto como vimos que la plataforma ya nos permitía visualizarla.
Con esta lona publicitaria, Netflix creó la gran campaña publicitaria
La película empieza presentándonos mediante un flashback a Martín (interpretado por Javier Cámara), un miembro de ETA que queda etiquetado como cobarde al huir de una redada en un piso franco. Años más tarde, concretamente en verano de 2010 (sí, el verano de la Copa del Mundo de África ganada por España), Martín recibe la orden directa de “la cúpula” de reunir a un comando en un piso nuevo franco de la organización para preparar un atentado.
Los miembros de este nuevo comando serán, además del propio Martín, la pareja formada por Álex (interpretado por Gorka Otxoa) y Ainara (Miren Ibarguren), así como el supuestamente experto en explosivos Fernando (Julián López). Los tres primeros son miembros de ETA, pero Fernando es una incorporación para la acción que prepara la organización, un chico de Albacete que piensa que será un miembro más de pleno derecho de la banda si “euskalduniza” su nombre.
Con el grupo formado, y para no levantar sospechas en un vecindario bastante cotilla, deciden crear una coartada que debe resultar creíble, y según la cual los cuatro conforman una cuadrilla de albañiles que están de paso en la ciudad. Con todo, los días pasan, y “la cúpula” no da señales de vida mientras el conjunto de miembros del comando (a excepción de Martín, que parece estar encantado con la situación), empiezan a sentirse incómodos por tanto tiempo de silencio, llegándose a plantear si no es todo un montaje del cobarde de Martín.
¿Tendrán razón el resto de miembros y estaremos ante un montaje de Martín para tener una cuadrilla con la que ver el mundial? ¿O, por el contrario, tendrán que cometer un atentado? Nosotros lo sabemos, pero como ya sabéis, nos guardaremos la respuesta celosamente. Lo que no nos guardaremos es nuestra opinión sobre “Fe de etarras”.
No os vamos a engañar, lo que más nos gustó de esta película fue el buen trabajo de ese crack llamado Javier Cámara, un hombre capaz de meterse en casi cualquier papel y hacerlo sentir al espectador. En este caso, no defrauda en absoluto, como tampoco lo hacen Gorka Otxoa, Miren Ibarguren y el nuevo vasco de Albacete, Julián López. Sin lugar a dudas, todos ellos son los auténticos soportes de “Fe de etarras”.
Técnicamente esperábamos mucho más de Cobeaga y de su experiencia en el humor así como en sacar buen provecho de los tópicos (es coguionista de “Ocho apellidos vascos”), con los que normalmente aplica buena ironía y humor inteligente. En esta ocasión, y bajo nuestro modesto punto de vista, no solo no lo ha conseguido, sino que ha logrado aburrirnos poderosamente. De hecho, a excepción de algún gag que da lugar a algún segundo gracioso, no consigue en ningún momento dejarte esa sensación de estar pasando un buen rato. Sinceramente, los del equipo consideramos que tenía mucho margen para haber sacado del mismo argumento situaciones de lo más hilarantes usando para ello un humor fino e inteligente, pero para nosotros ha perdido totalmente la oportunidad.
Por todo lo que os hemos explicado, nuestra nota final para “Fe de etarras” es de un 4 sobre 10.
Título original: “Fe de etarras” – España – 2017
Dirigida por: Borja Cobeaga
Duración: 89 minutos
Género: Comedia