Es mi “yo” solo, mi lado emocional.
Acaricio tu cuerpo que me hizo llorar
casi ya 30 años atrás.
Y sigues conmigo.
Siempre conmigo.
El paso del tiempo apenas te ha afectado.
Aunque has llorado con cada cambio del mundo.
Has chillado con tu voz distorsionada,
y has puesto el alma en la mesa,
compartiéndola con los demás.
Tensión, dolor, pasión y desenfreno.
¡Cuánto del hombre ha visto tu negro cuerpo!
¡Cuánto ha pasado por delante,
dejando tanto atrás!
Confidencias escritas con la punta de los dedos,
frases que han roto el corazón
y arreglado desconsuelos.
Ahora vuelvo a afinar tu destino.
Y te espero, te adoro…
Y te amaré hasta que llegue nuestro final.
Y tu final será el mío.
Y mi final borrará tus sueños,
y el negro de la vida se confundirá con el ocaso…
No habrá más sol. No habrá más despertar.
Y me llevaré tus notas,
y tu vida, que es la mía.