Si hay algo que me gusta del verano es, sin duda, los viajes.
Quizá sea lo que más me gusta, después del hecho de no tener que poner el despertador, claro está ;)
Ahora que poco a poco nos adentramos en la rutina parece que los viajes necesariamente se reducen. Pero no debe ni tiene que ser así, ya que podemos perfectamente hacer una escapada de fin de semana o de un día si lo planeamos bien.
Hay muchas ciudades de España que se caracterizan por no ser grandes y no por ello carecer del mismo encanto que otras de mayor tamaño. Ese es el caso de Logoño.
Este verano tuve la oportunidad de escaparme allí con un par de amigas. La verdad que es no teníamos ningún destino claro desde un principio, hasta que una sugirió visitar una de las cunas del buen vino y donde encima, se comía de maravilla.
¿¡Comer y beber de maravilla!? :D
Al día siguiente ya estábamos mirando alojamiento y billetes de autobús.
Y allí que nos fuimos, dispuestas a pasar una semana de auténtico relax haciendo lo que más nos gusta, comer y dormir :D
Pero Logroño es mucho más que eso. Es una ciudad que concentra tanto encanto en sus calles que por mucho que las pasees no te cansarás de ellas. A mí personalmente me encantan las ciudades así, donde prácticamente puedes ir andando a cualquier sitio, sin apenas hay aglomeraciones y donde lo sientes todo un poco más "cerca".
Lo cierto es que nosotras no necesitábamos nada más. Cogimos un apartamento en una calle paralela a su famosa calle Laurel y sus alrededores, donde se concentran la mayoría de bares de pinchos y la zona por excelencia para quedar con los amigos y tomarte algo.
A continuación, os mostraré los pinchos estrella de algunos de ellos, que gracias a recomendaciones de amigos pudimos probar.
Bar Los Rotos: Este fue el primer que probamos y nos encantó. Empezamos fuerte, la verdad, porque no se trata del típico pincho, sino que, como podéis comprobar, es más contudente. Si empezais la noche con hambre, es perfecto. Se trata de un mini bocadillo con huevos y patatas revueltos en el que tú debes elegir el tercer ingredientes con el que te gustaría coronarlo. En este caso, estos eran de chistorra y bacalao, ambos buenísimos.
Bar Pasión por tí: Un local donde nada más ver la barra, os inducirá a quedaros. La tienen repleta de tapas y pinchos muy elaborados y que parecen sacados de una revista. Nosotros, al más estilo Chicote, fuimos a por la croqueta. Estaba rica pero no espectacular, y sin pan para comerme la loncha de jamón aún me convenció menos :(
Bar Juan y Pinchamé: Un bar pequeñito donde su especialidad son los pinchitos de gamba con piña. Muy ricos, y más ligeros que los demás, así que entra muy bien. Aquí también probamos el queso rebozado con mermelada, nos lo hicieron al momento y también triunfó.
Bar Sebas: El pincho de tortilla aquí es el rey, y la porción es generosa. Yo la hubiera preferido más calentita pero aún así estaba buena. Te preguntan si la quieres con salsa picante, y aunque no soy aficionada a él, os recomiendo que os pongan un poco al lado del plato y así podáis probar la combinación. Tengo que reconocer que el picante le venía muy bien a la tortilla.
Bar Blanco y Negro: No sé cómo no hice fotos de los montaditos de este bar. Sería de lo ricos que estaban!! Además, fuimos reincidientes aquí, pidiéndonos incluso el mismo, su especialidad. Y es ni más ni menos que el bocatín de jamón con queso fundido de tetilla. Parece simple, pero es increíble a la velocidad que salen de su cocina y toda la gente que los pide. Te los sirven con el pan tostadito y caliente, y aunque tienen muchísimos más tipos de montadito, éste es sin duda el preferido por todos.
Bar Soriano: A mí me gustan los champiñones, pero desde que probé su pincho estrella mucho más! Parece magia cómo un montadito con tan pocos ingredientes puede gustar tanto. Tan solo una torre con champis coronadas por una gambita hará que recuerdes este sitio mucho tiempo. También olvidé hacerle fotos, es difícil resistirse cuando lo tienes delante, pero es tan famoso en Logroño que simplemente con que busquéis en Google imágenes os aparecerá rápidamente.
Restaurante Umm: Este fue sin duda el gran descubrimiento del viaje. Es un restaurante que ofrece pinchos pero mucho más innovadores y elaborados. La verdad es que llegamos y nos quedamos, literalmente, porque la primera vez que entramos nos fue imposible irnos de allí habiendo probado un solo pincho, y es que estaban tan ricos que al final nos quedamos a comer. A partir de ese momento, si nuestro viaje fue de cinco días tres estuvimos allí de tanto que nos gustó, ya fuera para cenar o comer. A parte de la explosión de sabores que esconde cada uno de sus pinchos y su elaboración, el precio no es nada caro como pensaríais, casi el mismo que cualquier otro local de la zona.
Todos los que probamos nos encantaron, nada más probarlos haciamos ranking, pero el Top Ten de los pinchos que probamos fue sin duda el Tataki de atún. El mejor bocado del viaje sin duda. Tengo que decir que no me llama mucho este tipo de preparación del pescado, pero menos mal que lo probé!!
Aquí os dejo foto de todos los que probamos:
De izquierda a derecha: Tempura de verduras y Pita de pastrami con salsa kimchi.
De izquierda a derecha: Tarta de queso 2.0 y Mini hamburguesa de cerdo
De izquierda a derecha: Albóndigas agripicantes y Manzanas asadas con foie.
De izquierda a derecha: Huevo a 65º con pimientos asados a leña y Taco de bacalao con pil-pil de algas y wakame.
De izquierda a derecha: Carrillera con crema de coliflor y Tataki de atún con salsa ácida.
La próxima entrada la dedicaré a dos restaurantes que visitamos ideales para una ocasión especial.
Y es que, como veis, Logroño está lleno de rincones especiales donde disfrutar y comer de maravilla :)
Feliz fin de semana!!