Entrevista a Pedro Estrada



¡Muy buenas!

Como ya comenté, me gustaría que en el blog apareciesen más entrevistas de autores que hemos reseñado. Y siguiendo con esa premisa hoy nos vamos hasta tierras aragonesas con nuestro siguiente autor.

Pedro Estrada (Madrid, 1982) es periodista y escritor. Se licenció en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid, y ha escrito para numerosos medios de comunicación, como son las agencias Europa Press y Aragón Press, el diario Marca y revistas como FHM, NOX y DT. En la actualidad trabaja para la agencia MRM//McCann y colabora en las revistas MUY INTERESANTE y Gentleman. Así mismo, es el ganador del XIV Concurso Enrique Tierno Galván de Relato.

Es esposo de la también escritora Raquel de la Morena, y junto a ella ha escrito gran parte de los nueve libros que tiene publicados. Su primera obra, Perdidos en el tiempo, salió a la luz en 2009 y va ya por su 7º edición; a partir de esta, han aparecido seis novelas infantiles-juveniles y una de misterio para jóvenes-adultos: La maldición de Trefoil House. Algunas de sus obras han sido traducidas al chino y al turco.

El próximo libro en salir será la segunda entraga de la serie Vinlandia, con gran acogida por parte del público.

¡Espero que disfrutéis con la entrevista!

Pregunta.- Muy buenas tardes y bienvenido a nuestro pequeño espacio. ¿Quién es Pedro Estrada?

R.- Soy un tipo que escribe historias con el único afán de que el lector se divierta y, de paso, aprenda cosas nuevas de manera entretenida.

P.- Debido a su formación y trabajo en revistas de prestigio en España, las letras no te son desconocidas, pero ¿cuándo te diste cuenta de que querías escribir?

R.- Creo que fue en 7º de EGB, justo cuando me encontré por primera vez con una ecuación de segundo grado y comprendí que las Matemáticas no estaban hechas para mí. Hasta entonces lo que siempre había querido era ser ingeniero aeronáutico, pero al ver aquella ecuación infernal decidí tomar el camino de las letras. Y ya nunca lo abandoné.


Primera entrega de Vinlandia.
Reseña en la imagen.

P.- A día de hoy llevas publicadas nueve novelas, de las cuales he tenido el honor de leer y reseñar la primera entrega de Vinlandia: El guerrero fantasma. Para quien no conozca la novela, cuéntanos algo sobre la serie.

R.- Vinlandia es una colección infantil-juvenil de aventuras y humor sobre los primeros vikingos que establecieron una colonia en América, allá por el año 1000 d. C., en el actual Canadá. Los protagonistas son un grupo de cuatro amigos que tienen que resolver un misterio en cada entrega.

P.- ¿Con qué tres palabras definirías Vinlandia?

R.- Divertida, ágil y didáctica.

P.- Ya has comentado en redes sociales que la segunda parte está cercana. ¿Puedes desvelarnos algo sobre ella?

R.- De momento solo puedo contar que en el segundo libro tendrá gran protagonismo una leyenda ancestral de aquella zona de Norteamérica, la leyenda del wendigo.

P.- Volviendo a la primera entrega. Es un libro que personalmente me ha encantado y veo que a los lectores también. Es más, a día de hoy no he visto una sola crítica negativa. ¿Te esperabas este éxito?

R.- La verdad es que estoy muy contento con la acogida de los lectores. La mayoría de quienes han escrito opiniones o reseñas superan la edad del público objetivo (de 9 a 12 años), pero han sabido valorar la obra comprendiendo que está dirigida a un público algo más joven que ellos.

P.- A pesar del éxito que tienen autores de novela infantil-juvenil, como puede ser la famosísima Luara Gallego, nunca he llegado a entender que se menosprecie -o esa es la sensación que me da a mí- a los autores de dicho género. ¿Qué opinas al respecto y qué ha hecho decantarte por este género?

R.- Para ser sincero, no tengo la percepción de que se menosprecie a los autores de novela infantil-juvenil. Actualmente, son de los que más interactúan con sus lectores –a través de las redes sociales, fundamentalmente–, y el público joven es muy cariñoso con ellos. Es cierto que muchas grandes obras literarias están dirigidas a los lectores adultos, pero también hay numerosos libros infantiles y juveniles de una calidad artística excelente. En muchos aspectos, escribir para un público infantil es más complejo que escribir para adultos, porque no puedes soltarte del todo, ni en la forma –ya que hay que mantener un vocabulario y unas construcciones gramaticales accesibles– ni en el contenido, porque no se debe perder nunca de vista el impacto que cada escena pueda tener en un lector potencialmente impresionable. Sería irresponsable incluir, por ejemplo, una escena muy violenta, aunque como autor y adulto creas que encajaría en la historia. Cuando escribes para adultos, eres mucho más libre.

En mi caso concreto, hasta ahora me he decantado por los libros infantiles y juveniles porque me relaja. Como periodista estoy acostumbrado a escribir reportajes casi a diario, siempre con la obligación de ceñirme exhaustivamente a la realidad, a los hechos, a los datos. Por eso me resulta entretenido, en las novelas, abandonarme a la fantasía, al humor, a no escribir con seriedad –aunque eso no quita para que me documente bien de cara a los datos históricos y las ambientaciones–. El ritmo ágil de las novelas juveniles de aventuras me sirve como evasión. Sin embargo, también me gusta mucho variar, así que no descarto escribir pronto alguna novela para el público adulto, quizá de terror.


Edición china de Misión
bajo cero

P.- Hablando del resto de tus novelas. Algunas de tus novelas han sido traducidas al chino y al turco. ¿Qué obras son y cómo se siente el hecho de que sus obras hayan sido traducidas a idiomas tan exóticos?

R.- Mi primer libro, Perdidos en el tiempo, que escribí a cuatro manos con la famosa autora de novela romántica Raquel de la Morena, fue publicado en China y en Turquía. En China tradujeron también nuestras dos siguientes obras: Misión bajo cero y Desafío ninja. La verdad es que los editores chinos hicieron un gran trabajo, su edición de nuestro libros es muy bonita –aunque no entiendo ni papa de lo que hay escrito (risas)–.

P.- ¿Hay previstas traducciones a idiomas europeos?

R.- De momento no, que yo sepa.

P.- Siempre se ha escuchado que para escribir hay que leer mucho. ¿Quiénes serían tus referentes literarios?

R.- Tom Wolfe, Hunter S. Thompson, John Kennedy Toole y José de Espronceda. Sin duda, leer es crucial para escribir. Imagina que quisieras fabricar un coche. ¿No sería fabuloso que todas las grandes compañías desplegaran ante ti los planos de cada uno de sus modelos y que pudieras ver qué te gusta y qué no de este, de ese y de aquel? En la literatura, los escritores tenemos esa suerte: podemos aprender de los mejores con total libertad; basta con leer sus obras. En la literatura, el espionaje industrial es completamente legal y universal.

P.- ¿Hay algún género que no te atrevieses a tocar a la hora de crear una novela?

R.- Siempre me han dado mucho respeto los ensayos sobre mitología mesopotámica, aunque vete a saber… No se puede decir de esta agua no beberé.

P.- Ya para finalizar. Desde el punto de vista de un escritor con nueve libros publicados y ganador del XIV Concurso Enrique Tierno Galván de Relato, ¿cuál es la clave del éxito, si existe, y qué consejo darías a alguien que tiene una historia que contar y no se atreve?

R.- Buf, lo de la clave del éxito es mejor que se lo preguntes a Stephen King, a Mario Vargas Llosa o a Raquel de la Morena. El consejo que sí le puedo dar a quien quiera animarse a escribir es que se ponga a ello imaginando que ya tiene un acuerdo con una editorial para publicarla y que, de entrada, se diga a sí mismo que lo que está escribiendo es la mejor invención en la historia de la humanidad desde el papel higiénico. Si no tienes fe en lo que tecleas, no lograrás completar una novela, porque requiere muchas horas, mucho trabajo solitario, mucho esfuerzo. Y si no la escribes entera, no tienes nada. Por eso, cuando escribes tu primera obra es preferible pecar de exceso de confianza, de orgullo. Pero solo hasta que la hayas terminado. En ese momento debe surgir la autocrítica y la humildad para que seas capaz de reconocer errores mientras la corriges y no te duela meter tijera donde haga falta o reescribir un capítulo entero si no es bueno. Sin autoconfianza no escribes nada, pero sin humildad no escribes nada bueno.

P.- Muchísimas gracias por tu tiempo, de veras. Espero con muchas ganas la segunda parte de Vinlandia y te deseo la mayor de las suertes con ella.

Gracias a ti por tu tiempo y por permitirme llegar a tus lectores. ¡Leed Vinlandia!

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