Loribelle Spirovski nació en Manila (Filipinas) pero desde los 9 años vive en Australia. Allí se formó como artista y empezó a construir su ecosistema pictórico a través de su condición de inmigrante. Asegura que usa el lienzo como un espacio donde encontrarse consigo misma y que una parte de ella se queda en cada uno de sus retratos.
Como hija de inmigrantes, e inmigrante yo misma, mi fijación con los espacios es particularmente significativa.
Tiene una técnica muy diferenciada que caracteriza sus obras: suaves trazos combinan con brochazos que parecen involuntarios, y las líneas “aleatorias” transforman las formas abstractas que va creando en un camino de puntos que se unen para crear el rostro.
Personalmente he tratado de llevar la noción del rostro a sus elementos más básicos, y nosotros, como seres humanos, estamos tan en sintonía con la identificación de rostros, que es muy poco lo que se necesita para que una cara emerja.
Hay un elemento que se mantiene en un obra y la dota de la fuerza que consigue emocionar al espectador: los ojos, o en la mayoría de los casos, el ojo. Un punto de fuga a través del cual el resto del retrato se forma.
Los ojos tienen un poder eterno que de alguna manera logra trascender el tiempo y la cultura, por lo que era obvio tenerlos como el punto focal de cada “retrato".
La artista ha expuesto su obra en diferentes galerías de Australia y Estados Unidos y podrás encontrarla también en Instagram. Te puede interesar:
Curso online de Retrato ilustrado en acuarela de Ana Santos.
Curso online de Introducción a la ilustración al óleo de David de las Heras.