Según los evangelios, el de Mateo 2. 1-12, no hay un número concreto de Reyes, ni se conoce su procedencia. Se dice que Marco Polo encontró tres arcos en representación de los tres Reyes y que Santa Elena, madre de Constantino, se trajo los restos de los reyes para venerarlos en Milán y Colonia. Sin embargo, que sean 3 y que representen tres razas diferentes alabando al Hijo de Dios, no está basado en ninguna escritura oficial.
Además, en el evangelio no los describen como reyes aunque sí como magos, pero hay que tener en cuenta que en aquél momento y lugar esa palabra significaba "sabios".
Sí que hemos mantenido la creencia de que venían de Oriente, pero ¿de dónde exactamente? La hipótesis más aceptada hoy en día es que venían de la antigua Persia (Irán e Irak), aunque también hay teorías que dicen que provenían de Yemen y que seguían la conservada Ruta del Incienso, uniendo Egipto con India a través de Arabia.
Con respecto a la estrella que seguían los "tres" magos, hay un evento astronómico que sucedió en el 7 a. C.
(año en el que se conjetura el verdadero nacimiento de Jesús), que consistía en la conjunción de Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis. Es decir, una explicación totalmente científica.
En cuando a los regalos se han hecho muchas bromas en referencia al poco valor que podrían tener la mirra y el incienso, sin embargo, en aquel momento las tres eran sustancias muy valiosas y representarían el destino del niño de gobernar espiritualmente (incienso) sobre todos los reyes del mundo (oro) y de morir algún día en la cruz (mirra).
En el año 2000 Robin Wainwright y otros 60 hombres se propusieron hacer el mismo recorrido que, según relatos y mapas antiguos, habían hecho los Reyes Magos. Probaron entonces que un recorrido tan extenso no es imposible si los camellos están bien equipados y se organizan los períodos de marcha y descanso. Eso sí, tardaron 83 días en cruzar Irak, Siria, Jordania y Cisjordania.
En cuanto a los nombres de los Reyes, podrían haberse llamado igualmente Secundino, Mortadela y Filemón, por poner un ejemplo. Y es que en el siglo XVI las nuevas necesidades ecuménicas de la Iglesia católica llevaron a implantar un simbolismo inédito, identificando a los tres magos con los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet que, según el Antiguo Testamento, representaban las tres partes del mundo y las tres razas humanas que lo poblaban, según se creía en esos días: europeos, semitas de Asia y africanos. Los americanos o los chinos y japoneses, ya conocidos en el siglo XVI, hubo que ignorarlos porque no se podían inventar nuevos reyes y mucho menos sacarle nuevos hijos a Noé.
Fotos: cc malojavo. El Saucejo y miss.killer!
¿Y vosotros a quién animáis más? Los Reyes Magos no son lo que eran, pero Papá Noel tampoco tiene mucho que ver con la verdadera y original Navidad. ¿Sabíais todo esto?