El corazón volvía a latir con fuerza, la esperanza volvía a aparecer como los rayos del invencible Helios de entre las densas nubes de la agonizante tormenta; Honda se separaba de McLaren al concluir el tercer año de una alianza desastrosa; el presente y futuro del equipo inglés, así como el de la Europa de comienzos del siglo XIX, vestía con el tricolor francés, con el brillante y lúcido rombo como escudo de armas, símbolo de una tonelada de rendimiento y fiabilidad de la que carecía (y aún carece) el señorío de los samuráis, Honda.
Pero como de costumbre, en los titulares y en las declaraciones todo es maravilloso y perfecto, a finales del 2017 se hablaba de podios y hasta de alguna que otra victoria (¿no recuerda esto a las palabras de Arai en 2015? el nipón prometió que McLaren Honda estaría en el podio a mitad de esa temporada), en fin, las dulces palabras del mundo entero hacían mención al merecido retorno de la escudería naranja y de Fernando Alonso al top 3; y aunque toda alternativa es y será mejor que Honda, la situación en Woking sigue siendo crítica y desesperante; pero esta vez no se puede señalar a nadie con el implacable dedo acusador, los males que afectan a McLaren a pocos días del inicio de la temporada 2018 tienen sus orígenes en Woking, no en Japón ni mucho menos en Francia.
Según algunas fuentes, a finales del 2017 había más de 50 caballos de fuerza de diferencia entre la unidad de potencia de Honda y la de Renault, gracias a tal discrepancia en Woking llegaron a decir que solo por usar el propulsor francés mejorarán en poco más de 1 segundo por vuelta; pero la simbiosis Motor-Chasis en una nueva alianza no siempre es fácil de lograr, y ahí está la grieta que está provocando el colapso de la "naranja mecánica".
A finales del 2017, cuando recién se supo de la ruptura entre McLaren y Honda, así como de la nueva alianza del conjunto inglés con Renault, Eric Boullier, director de carrera del equipo naranja, dijo que partían con 15 días de retraso en la preparación del coche del 2018, esto se debió a la tardanza en las negociaciones con los fabricantes de motores; lo que ha hecho que la "adaptabilidad" del propulsor francés al nuevo MCL33 sea más tortuosa que placentera, tomando la forma de un antiguo y frecuente acompañante de McLaren, la poca (o nula) fiabilidad.
Pero este no es el único motivo del padecimiento de los hombres de Woking en la pista; ya que, pese a tales dificultades, no es un drama tan grande como para que en 8 días de pruebas de pretemporada no hayan encontrado solución alguna, el otro motivo (que también puede ser una excusa barata) es el diseño "ambicioso" del MCL33, es decir, según Boullier, el chasis del coche de McLaren no es nada parecido al del resto de monoplazas motorizados por Renault; de este modo, tenemos a un equipo "aventurero" que se fue por el camino más agresivo y arriesgado, con la mentalidad de apostar en grande para ganar en grande.
Este pensamiento "ambicioso" es lo que todo equipo necesita, pero lamentablemente para McLaren en los últimos años esto solo les ha traído dolores de cabeza y rupturas de motores, no victorias.
Tras la flamante temporada 2012 el equipo quiso hacer borrón y cuenta nueva en el diseño de su coche para estrenar auto con más vías de desarrollo, lo que les permitiría mantener un gran rendimiento a lo largo del año, pero este nuevo concepto nació mal, con una velocidad muy inferior a la de sus rivales más fuertes. Esto se repitió en 2014 (año en que por primera vez Force India superó a McLaren), lo que provocó el despido del jefe de turno y el retorno de Ron Dennis a la jefatura del equipo, así como el inicio oficial de la alianza McLaren - Honda.
Y ahí lo vemos nuevamente, a esa H que tantos dolores de cabeza nos ha dado en los últimos 3 años, pero, ¿por qué Honda? La respuesta es simple, los motores ganan mundiales únicamente con sus equipos de fábrica o con sus clientes principales, en el caso de McLaren, Mercedes ya tiene su equipo de fábrica desde el 2010, así que hasta ese año McLaren fue su cliente principal de los alemanes, mientras que Ferrari y Renault también cuentan con sus equipos de fábrica, así que para ganar necesitaban otra alternativa, ser el equipo principal de un fabricante nuevamente, y por eso contactaron con Honda.
Lamentablemente y por cientos de circunstancias adversas, los japoneses no estuvieron a la altura; pero esto no es más que un patrón, apostar en grande y arriesgar para llevarse todo el bote. El problema está en que si la suerte no te acompaña simplemente terminas con un coche naranja parado al lado de la pista a cada rato.
Pese a que Renault también tiene su equipo de fábrica, los ingleses decidieron convertirse en otro de sus clientes para, al menos, tener resultados decentes en las próximas dos temporadas, y si a esto le sumamos la promesa de imparcialidad entre Renault, Red Bull (el cliente principal del fabricante) y McLaren, pues ¿por qué no intentarlo? Como dije antes, todo es mejor que Honda.
Pero, tras hablar hasta el cansancio de lo maravilloso que era el MCL32 del 2017, ha llegado la hora de la verdad, el momento en el que McLaren va a medir su fuerza con el equipo Red Bull, que en los últimos años ha tenido el mejor chasis de la parrilla; recordemos que ambos poseen el mismo motor y el conjunto del Toro Rojo no está muy lejos de los punteros.
Así que, a pesar de que 2018 es un año de transición, es crucial para McLaren estar al menos cerca de Red Bull, y como mínimo consolidarse como la 4ª potencia de la parrilla, pero tras lo visto en los test invernales, esto parece ser una utopía más improbable de alcanzar que la regeneración de una naranja podrida por obra de magia.
El mismo Eric Boullier ha reconocido las dificultades que supone el tratar de superar a Red Bull: "Si tiene una relación de diez años con un socio, obviamente tiene un punto de partida diferente para nosotros", dijo el francés.
"Pero estamos en el proceso de construir esa relación ahora. Tomará algo de tiempo, pero estamos motivados para hacer nuestro mejor esfuerzo. Somos McLaren, existimos para ganar, así que vamos a hacer todo para lograrlo", agregó Boullier.
Es difícil determinar si las dos excusas que ha dado McLaren; la del retraso con el comienzo del diseño del coche en 2017 y la del supuesto "diseño ambicioso del MCL33"; son válidas o solo son palabras de unos mentirosos que no han podido estar a la altura de sus rivales y ser algo mejor que un montón de mediocres, eso lo sabremos a lo largo de la temporada ya que, si los de Woking han dicho la verdad, tales problemas deberían solventarse antes del parón de verano y estar, como mínimo, establecidos como la 4ª potencia de la parrilla. El tiempo dirá.
Pero lo que tenemos ahora es frustración aderezada con lindas palabras de esperanza, las mismas que trataron de ponerle más sabor a la carne podrida que estaban sirviendo desde el 2015 hasta el 2017. La pretemporada 2018 ha servido para decepcionarnos nuevamente, incluso, McLaren no comenzó a rodar decentemente hasta después del último problema de fiabilidad del coche de Alonso en el último día de pruebas (más tardío que a última hora).
Las cinco averías del MCL33 en los 8 días de pruebas fueron cinco más que Mercedes y Ferrari combinados. Independientemente de su petición de calma, el equipo llegará a Australia críticamente corto de kilometraje. ¿Se han esforzado demasiado con su autodescrito diseño de automóvil "agresivo"?
Por el contrario, Renault, disfrutaron de un gran kilometraje y mostraron un ritmo constante. Parece que han dado un paso a delante en cuando a fiabilidad, en el Red Bull el motor ha funcionado muy bien, por tanto, la competitividad debería ser mayor, y si a esto le sumamos que el chasis también parece bueno, no es de extrañar si a final de año lo vemos como la 4ª potencia (o cerca).
Mientras tanto, Toro Rosso parecía estar adaptándose bien después de cambiar de Renault a motores Honda, dejando cada vez más claro que los problemas de McLaren no fueron todos causados por su viejo motor. Toro Rosso completó la tercera vuelta más alta con 822, una gran diferencia con respecto a las sesiones llenas de problemas que sufrieron hace un año.
Esto deja a McLaren como un simple comodín en el grupo que persigue a los 3 equipos más rápidos debido a su falta de fiabilidad, pero con el equipo todavía confiado en que su chasis y su paquete de motor pueden ofrecer una temporada rentable una vez que se logra un compromiso feliz entre la unidad Renault y el empaque ajustado del MCL33.
Como dije antes, el tiempo tendrá la última palabra, y solo así sabremos si los de Woking han pasado de campeones a simples mediocres (como el equipo Williams, cuyo último título data de 1997), o si tenían razón en el par de excusas que han destacado este invierno.
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