Todo comenzó cuando, casi por casualidad, Lara Lars descubrió la que es ahora su técnica favorita y más representativa. Cuando Lara utilizaba las revistas, flyers y folletos que recogía en el madrileño (y ya desaparecido) Mercado de Fuencarral para adornar las cajas de los regalos de cumpleaños que hacía a su familia y amigos poco sabía de que ese sería el medio que la haría cosechar cientos de miles de seguidores en su perfil de Instagram.
De hecho, el éxito de sus collages –inundados de mujeres clásicas de las décadas de los 50 y 60, seres de otros planetas, arquitectura futurista, figuras geométricas y paletas de colores pop– también llegó de manera casual cuando, a petición de unos amigos, realizó un collage usando fotografías antiguas de la ciudad de Vigo y agregó una serie de ovnis. La publicación tuvo mucho éxito y fueron varios quienes se pusieron en contacto con ella para felicitarla; fue entonces cuando decidió empezar a crear y compartir sus collages con todo el mundo. Las grandes protagonistas de sus collages mujeres cuyo estilo icónico es claramente reconocible como el de los anuncios de las revistas de hace 40 o 50 años; sin embargo Lara las presenta en un contexto muy actual y hasta podría decirse que las utiliza para iniciar un diálogo sobre los problemas del siglo XXI.
Junto a ellas, Lars no tiene miramientos para colocar elementos tan dispares y anacrónicos como una bandada de ovnis que sobrevuelan una playa atiborrada de gente o edificios que en su momento fueron calificados de futuristas. Y es que Lara Lars es en realidad arquitecta y la influencia de su profesión es algo que se puede observar claramente en su trabajo:
En mis collages tienen mucha influencia del grupo arquitectónico de vanguardia de los años 60 Archigram, del futurismo vintage, el Dadaismo o Henri Matisse. Lara Lars