El deseo se había prendido de la voluntad ante las explicaciones que un amigo de Trieste había dado sobre la existencia del coloso que se encondía allá en las montañas; medio oculto por las enormes y ancianas rocas que lo separan de Italia y Austria. Y nos hizo poner la piel como gallinas cuando contaba las dimensiones, la historia y lo que encerraba aquellas piedras milenarias. Muros que sostenían aún el escudo del señor de las rocas; y un invitado especial que aguarda en silencio tras una austera mesa, las torturas que las máquinas inquisitivas daban en las mazmorras de su feudo.
Y su historia que tiene el comienzo en 1215 que se hace más factible de comprobación en el año 1518 cuando su señor de las rocas hizo frente a un feudal que se puso en pie de guerra queriendo dominar la oscura montaña. Bien mal le salió la faena, puesto que los soldados, el inquisidor, el señor y su familia cerraron a cal y canto la única y conocida entrada del castillo apresado en las rocas ( Gruta de Postumia) y que se mantuvo firme durante meses de asedio sin saber nadie donde conseguían los alimentos que incluso lanzaban a sus asediadores para burla de todos.
Enclavado en un paisaje que ha salido a la luz pública hace poco con la desmembración de la antigua Yugoslavia; Eslovenia se está convirtiendo en eje de atracción turística precisamente por la incredulidad que esta construcción y otras muchas dispersas por su limitada superficie, se extiende por el mundo turístico mundial. El año pasado el boom fue tan grande durante el verano que tuvieron que acotar las entradas en algunos lugares. Las grutas (tiene la más grande del mundo con 20 kms de camino bajo tierra) son también un motivo suficiente para que el viaje sea de varios días y la experiencia no se olvida en mucho tiempo.
Cuevas de Pivjama
Y contando con el invierno que aún hace el paisaje más salvaje y solitario nos pusimos camino del gigante. El viaje se hace rápido y nos encontramos con un aeropuerto pequeño pero eficaz para esta época del invierno en que el número de viajero disminuye asustados por las bajas temperaturas. Y sin embargo el Oº de su barómetro y las nieves que adornan los caminos, no fueron motivo de molestia ninguna para gente que está acostumbrada al frío y la nieve. Y aunque pensamos encontrarnos en la soledad de la cordillera, bien que tuvimos suerte de conocer a gente acostumbrada a ser pionera en este tipo de turismo y no muy joven que digamos.
Como se comentó, no es zona de vacaciones ni de bullicio al menos en invierno. Teníamos una meta bien clara, el tiempo aunque con nieve en todos lados se mostraba sereno y aprovechamos para visitar este lugar que se había convertido en una especie de meta espiritual.
Pudimos comprobar todo ésto; el lugar encierra algo de magia, no es la visita típica de un castillo; algo se esconde en el ambiente que nos deja boquiabiertos ante la desmesura de las dimensiones, ante la inexplicable situación del solitario gigante, ante el trabajo de levantar esta belleza casi oculta por sus paredes posteriores de piedra vieja y dura. Y como los carámbanos de hielo juegan con las rocas, se meten por entre ellas y lloran poco a poco en agujas de hielo.
La entrada, única entrada que se conoció hasta el siglo XIX hay que hacerla a pie desde el aparcamiento donde quedan los vehículos que traen al personal. El nuestro estuvo solo como inmóvil ante tanta belleza mientras recorrimos el largo empedrado que llega hasta su puerta principal. No dábamos crédito a nuestros ojos. Demasiado real y bello.
Si ni siquiera saber la razón miramos hacia el profundo barranco que se abre ante su fachada amezante con escudo de armas dibujado en antigua pintura roja. Allí abajo estaba la segunda puerta escondida durante años a la verdad de todos por donde entraban los alimentos que hicieron fuertes a sus habitantes ante el asedio de un señor feudal con antojo de poseer al gigante. Incluso se tiraban trozos de carne y pan a los soldados que bostezaban en las continuas guardias a la sombra de sus inmensas paredes y que en vano quisieron conquistarlo.
La llegada a la puerta nos hace percibir el frío temblor de su imponente presencia; la mirada se pierde en el infinito del cielo, unida al final de sus muros que juegan con la montaña al si o al no… donde termina una y comienza el otro?.
Y todos los mapas se dejan abandonado en un rincón para pasar por los corredores de madera colocados para poder entrar sin peligro en las diversas estancias acordonadas debidamente para evitar deterioro de tanta visita sobretodo en verano. La sala de estar con sus muebles, las habitaciones privadas del señor donde muñecos de madera a tamaño natural nos deja claro el lento vivir dentro de sus muros. La cocina, las bodegas, las habitaciones del inquisidor que seguía los avances de sus torturas mediante el parte diario de los verdugos que se ocultaban en las mazmorras del castillo. Todo está delimitado, preparado para que podamos hacernos una idea de cómo se vivía en aquel lugar alrededor de 1500.
Y la admiración llega hasta su punto más alto cuando recorremos los pasillo y vemos que parte de la roca se convierte en muro de habitaciones, como se entra en la capilla tras pasar por un boquete hiriente en la roca a modo de puerta. Y el museo que nos depara alguna sorpresa como la devoción religiosa que estos hombres y mujeres fríos y duros de las montañas sentían en sus corazones que también eran humano.
Un visita única, una experiencia que merece la pena tener y más aún cuando se hace en invierno, alejados del bullicio de los autobuses y de los grupos de personas que desean conocer algo nuevo. Es quizás el mayor atractivo que tenga Eslovenia: su novedad. Un país pequeño, las distancias son cortas, los pueblos están a pocos kms uno de los otros y tiene mucho que ver.
*PREDJAMA castillo horarios:
Enero – febrero – marzo, noviembre y diciembre
desde 10.00h. a 16.00h.
abril, marzo y octubre
desde 10.00h a 18.00h.
mayo, junio y septiembre
desde 9.00h. a 18.00h.
julio y agosto
desde 9.00h. a 19.00h. Se puede concertar un guía para la visita en idioma Esloveno, inglés, italiano y alemán.
*Hotel recomendado:
HOTEL SPORT ***
Kolodvorska ul. 1, 6230 Postojna
tel: + 386 (5) 720 22 44
fax: + 386 (5) 720 22 40 Precios hotel :
Habitación doble con desayuno 65€, en la actualidad es temporada baja.
**Restaurante recomendado:
Ristorante Jadran
Titov trg 1
6230 Postojna
Tel: +386 (0)5 7203 900
Comida italiana y platos de caza típicos de la zona.
**Como llegar:
En avión: Madrid – Praga – Ljubljana — 4h. 35 minutos. Precio 468€ el trayecto
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