El año empieza en Febrero

Para muchas personas, el comienzo de enero significa un tiempo de renovación; un ciclo para definir algunos nuevos objetivos. Pero, seamos sinceros, si no te sientes realmente encaminado a tus propósitos, el final de mes conlleva muchas preguntas: ¿Cómo pasó enero tan rápido? y ¿Qué pasó con mi motivación y mis metas? ¿habré comenzado mal el año? Las personas que viven en el extranjero no son una excepción a dichas interrogantes, en todo caso, debido al estrés y la ambigüedad de vivir en una cultura diferente, los objetivos pueden ser incluso más fáciles de perder de vista.

La buena noticia es que se pueden restablecer y crear nuevos hábitos y propósitos en cualquier época del año. La clave está en dividir las metas más grandes en pasos de acción manejables, más pequeños, y reconocerse a sí mismo por todas las pequeñas ganancias obtenidas durante el camino. Otro factor importante es no elegir objetivos que en realidad son “deberes”. Hay que buscar hacer cosas que motiven y que sean significativas. En otras palabras, elige las cosas que te hagan sonreír y te provoquen suspirar de satisfacción, en vez de fruncir el ceño.

Para aquellos que viven en el extranjero tienen una ventaja extra: Tú (y tu cónyuge / pareja e hijos) pueden volver a aprovechar las razones por las que inicialmente emprendieron la aventura de reubicarse. Y lo más probable, es que esas mismas motivaciones impliquen tener nuevas experiencias; les darán una razón para crecer como individuos y como familia, además de divertirse. Una vez que identifiques las razones, será mucho más fácil no solo crear objetivos que resuenen en tu interior, sino disfrutar del proceso de cumplimiento.

Así que aquí hay 4 ideas para implementar si vives en el extranjero; consejos específicos para ayudarte a crear metas y pasos a seguir para aprovechar al máximo tu experiencia internacional.

Comer mejor

El objetivo de “quiero perder peso” o “quiero estar en forma” a menudo depende de una dieta, pero aquí nos referimos específicamente a comer localmente, entonces: prueba, prepara y saborea todo lo nuevo. La comida es un gran portal cultural y la introducción a un nuevo país, y el acto de comer no se enfoca únicamente en lo que las personas comen, sino también en cómo establecen sus rituales. Es una forma en que las personas se conectan y se nutren entre sí. Por lo tanto, date la oportunidad de conocer nuevas personas a lo largo de tu viaje de comida o establece una nueva “tradición” familiar.

Mexican Food


Hacer (más) ejercicio

Sal y explora tu ciudad anfitriona. Si es posible, camina por las calles y escucha los ruidos y su idioma. Responde ¿Cómo se saludan e interactúan las personas? ¿Son casuales o más formales? ¿Expresivas, como los mexicanos, o más reservados como los ciudadanos asiáticos? La mejor manera de conocer un nuevo país es mediante la capacidad de observar sin juzgar. Mantén una mente abierta. Esto es excelente para hacer solo o con un compañero o en familia.

Pasar más tiempo con tus amigos

Se trata de hacer nuevas amistades. Si tienes un programa de Capacitación Intercultural o un Programa de Apoyo disponible por parte de tu compañía, aprende a crear redes personales y profesionales para establecerte en el nuevo país. Si no tienes ayuda especializada, algunos consejos básicos son: participar en las actividades escolares de tus hijos, ser voluntario en alguna organización, en donde sean apasionados de una causa o ayuden por medio de clases (de cocina, cata de vinos, tenis, etcétera). Como expatriados, el mejor consejo es: ¡acepta cada invitación que se te ofrece! Nunca se sabe a dónde te podrá llevar, pero, con seguridad, aprenderás lecciones valiosas sobre cómo integrarte en su nueva cultura anfitriona porque, al igual que la comida, el relacionarse es una ventana a las normas culturales.

Socializar, amigos
Aprender un idioma


Incluso si el idioma es el mismo, ejercer y aprender los coloquialismos y rituales de comunicación, mostrarán respeto a tus colegas y servirán de rompehielo para intervenir en situaciones sociales. Si es un idioma diferente, te sorprenderás del apoyo que te brindarán los locales para durante tu aprendizaje. Esta también puede ser una actividad divertida para hacer en familia; pueden practicar en restaurantes locales, tiendas e incluso en casa.

Ahora depende de ti descubrir. ¿Qué más puedes hacer tú (y tu familia)?

Recuerda hacerte preguntas como: ¿Es este objetivo divertido y agradable? ¿Cuál sería mi primer paso? ¿Quién podría asesorarme para llevarlo a cabo? ¿Cómo sabré si estoy avanzando hacia mi meta?

Y procura dividir tus metas en pasos más pequeños y quizás lo más importante es divertirse creando y trabajando para alcanzar esas metas.

Alyssa Bantle y Joanne Danehl, expertas en entrenamiento intercultural y de lenguaje en Crown Relocations.

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