En general, todos nuestros sentimientos tienen una razón y un propósito. Cada emoción que una persona experimenta brinda una idea acerca de cómo la misma percibe el mundo y todo aquello que le rodea. Del mismo modo, las emociones sirven como guías al momento de elegir el tipo de comportamiento que se ha de exhibir ante una determinada situación.
Los sentimientos se desarrollan con el tiempo y las emociones vienen muy fácilmente, el truco muchas veces está en saber identificar nuestros sentimientos y emociones.
En esta ocasión te hablaremos acerca de dos emociones negativas muy comunes: humillación y vergüenza. Si tienes dudas acerca de cuál es la diferencia entre vergüenza y humillación o simplemente andas en busca de un poco más de información que sirva de complemento a lo que ya sabes, entonces continua leyendo, porque más abajo te explicamos todo lo que necesitas saber en torno a este interesante tema.
Vergüenza
La vergüenza es una dolorosa emoción que a veces puede trasformarse en sentimiento. La misma es una mezcla de arrepentimiento, autodesprecio y deshonor. Buenos ejemplos de lo que podría provocar que una buena persona se sienta avergonzada sería atacar verbalmente o hacerle algo malo a un amigo. Muchas personas sentirían vergüenza al actuar de esa manera.
La sensación de vergüenza está directamente relacionada con nuestra autoevaluación y autoestima, por lo tanto, la persona que la experimenta llega a sentirse mal consigo mismo como consecuencia de sus actos o acciones consideradas inmorales (a sus ojos).
La vergüenza trae consigo una negativa autoimagen de la persona, ya que esta siente que está actuando en contra de sus ideales y valores. Este es uno de los sentimientos más privados y rara vez se expone ante los demás.
Asimismo, muchas personas sienten vergüenza cuando sus errores son expuestos ante otros. Esto puede provocar otros estados como inseguridad, timidez…
Humillación
Por otra parte, el sentirse humillado va más allá de la mera sensación de vergüenza. Puede describirse como un fuerte estado de mortificación y frustración que viene acompañado de una pérdida de autoestima y auto respeto. Tal como el mismo término sugiere, la humillación es el punto más bajo opuesto al orgullo.
Finalmente, cabe destacar que aunque al final siempre seamos nosotros mismos los responsables al permitir o darle suficiente poder a alguien como para que nos humille; a diferencia de la vergüenza que es más exclusiva de la propia mentalidad de la persona, el sentimiento de humillación suele ser causado directamente por alguien que no es la persona humillada.
verguenza y humillacion
Alguien puede sentirse humillado cuando es constantemente intimidado y maltratado física o psicológicamente por otros.