Como buena murciana, aunque llevo ya unos cuantos años residiendo en Madrid, no podía dejar una ocasión como esta para hablar de las fiestas de mi ciudad natal. Para quien no conozca la ciudad, decir que esta semana, y siempre la posterior a la Semana Santa, tienen lugar las Fiestas de Primavera, una celebración marcada por el sol, la llegada de buen tiempo y los frutos y productos típicos de tierras huertanas. En toda la semana, hay que recalcar el martes, día en el que se celebra un desfile llamado ‘Bando de la Huerta' y toda la ciudad se llena de gentes, y el entierro de la Sardina, una procesión de carrozas festivas que reparten juguetes y que acaba con unos bonitos fuegos artificiales y la quema de la Sardina.
Durante estos siete días festivos, las calles de Murcia se llenan de demostraciones de nuestra cultura autóctona, influenciada por la huerta. Si tenéis ocasión de acercaros, disfrutaréis de las ‘barracas', típicas construcciones de la época, en donde podréis degustar algunos platos típicos de la gastronomía murciana, tales como los paparajotes (una masa frita sobre una hoja de limón), el zarangollo (una especie de pisto a base de calabacín) o, por supuesto, los embutidos de la tierra: longanizas, salchichas, morcillas, montaditos.
Con sólo salir a la calle se puede oler en el aire ese aroma tan característico de los platos caseros, pero aunque el buen comer es uno de los principales atractivos de las fiestas, no queda ahí, habiendo demostraciones de la cultura murciana como, por ejemplo, la cría y elaboración de la seda, la exposición de artilugios típicos de la huerta y la presentación de bailes y espectáculos relacionados con la jota murciana y los atuendos huertanos.
Precisamente el vestuario de huertano o huertana es otro de los puntos clave del Bando de la Huerta, y es raro no ver a nadie vestido con las enaguas y refajos bordados en el caso de ellas y los zaragüelles, chalecos y fajines para los chicos. Todo esto con medias y esparteñas como complementos claves, y muchos claveles adornando el conjunto, como símbolo de la ciudad.
Sin duda, toda una celebración en honor a la huerta, nuestras costumbres y nuestra cultura. No obstante, resulta curioso que, el origen de estas fiestas tuviese un fin totalmente contrario al que hoy nos enorgullece y, al parecer, se organizase por jóvenes burgueses que intentaban desprestigiar las tradiciones más ancestrales.
Sea como sea, es una perfecta excusa para divertirse, pasarlo en grande y conocer mundo.
¿Conocéis Murcia? ¿Qué es lo que más os gusta de esta ciudad?