Tiene su origen en el siglo XVIII, cuando los carpinteros de la ciudad quemaban enfrente de sus talleres los trastos viejos e inservibles en montículos de madera. Y tiene lugar del 15 al 19 de marzo coincidiendo con la festividad de San José en día 19, patrón de los carpinteros.
Actualmente, es una de las fiestas más populares y que más turistas recibe de toda España. La quema de los famosos ninots o fallas el último día (día de la cremá), no es la única celebración que tiene lugar en torno al fuego, ya que durante toda la semana tienen lugar espectáculos pirotécnicos como la despertá y la mascletá.
Hoy en día las fallas son auténticas obras de arte que de forma sátira hacen referencia a temas de actualidad. De entre los más de 700 ninots, algunos pueden alcanzar hasta los 25 metros de altura, el primer día se eligen los ganadores de cada categoría que se librarán de la quema. Este año la falla ganadora ha sido ‘Convento Jerusalén’ del grupo fallero Matemático Marzal.
Otro de los atractivos es la participación de las falleras (damas de honor) en los actos de celebración. Sus espectaculares trajes y peinados son otra de las imágenes más típicas de esta fiesta. A finales de febrero, tras la elección de la reina o fallera mayor, esta hace un llamamiento a la participación de los valencianos en los festejos de marzo.
La ciudad del Turia se viste de flores y el humo con olor a pólvora recorre sus calles. El quemar las fallas simboliza también el deshacerse de las cosas más negativas del año y así olvidarlas y comenzar de nuevo.