Tras una brillante y exhaustiva operación de estudio y estadística, los “mandamases” de las cadenas televisivas patrias, han llegado a la conclusión de que la masa de telespectadores nocturnos está compuesta por
tontos del cerebro de la cabeza y niños pequeños.
Aunque me identifico mas con el primero de los grupos, el que me pase la noche viendo la tele, se debe a que soy un insomne recalcitrante.
Sobre las tres de la mañana, me instalo lo más cómodamente posible y armado con el mando a distancia me resigno a esperar que se haga de dia.
Como sé que no voy a poder dormir, intento ver en la tele algún programa que me ayude a pasar la noche en vela.
He aquí las opciones que se me ofrecen:
Dos o tres cadenas de dibujos animados malísimos. Como si los peques viesen la tele a esas horas.
Otras tantas cadenas de “series para preadolescentes” (una de ellas con audio latinoamericano)
Tres o cuatro cadenas más de noticias. Noticias que repiten incansables durante toda la noche.
Varias cadenas de “videncia y cartomancia”
Las demás cadenas (que todavía son bastantes) se reparten en dos grupos:
El primero es de “llamadas” para acertar el nombre de algo o de alguien y puedes ganar “sencillamente” miles de euros.
Y las que quedan se dedican a la “televenta” : Desde un rotulador que repara todos los arañazos de tu coche (sea del color que sea) Hasta un aparato que te hace crecer el nabo portentosamente.
Sin olvidar los super-ordenadores; las sartenes que nunca se pegan; los cuchillos que cortan hasta raíles de ferrocarril; las dietas milagrosas…………
Ni siquiera hay un canal de documentales y, mucho menos de películas.
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No le deseo ningún daño a los culpables de esto, pero si me entero de que les han untado el cuerpo con miel de La Alcarria y les han dejado al alcance de una colonia de hormigas rojas, no me preocuparía nada.
Parry