Desde las ventanas de nuestra casa en La Granja tenemos unas vistas preciosas a la montaña y nos gusta observar el monte, con prismáticos e ir enseñándoles a los niños algunos de los puntos más importantes de esta parte de la sierra: la Silla del Rey, la Mata de la Saúca, Peña Buitreras, Fuente Infante, y sobre todo los dos Chorros.
Ahora que los niños son grandes podemos aventurarnos y hacer excursiones un poco más fuertes por la zona. Así que el otro día aprovechamos para ir al Chorro.
El Chorro es una especie de cascada que se ve brillar en la montaña a la izquierda de La Granja según vienes desde Segovia. Está a unos 1500m de altitud y se recomienda visitar más bien en esta época del año, puesto que en invierno con las nevadas y en primavera con el deshielo es complicado y peligroso el acceso, y ya ha habido varios accidentes mortales.
Aprovechamos una mañana que se presentaba nublada y bastante fresquita y nos subimos con la familia de mi amiga María. Total éramos 11 y el niño más pequeño que llevábamos tenía 4 años. En algunas ocasiones hubo que ayudar a los niños a cruzar un río, a pasar al otro lado del Chorro, a bajar alguna que otra pendiente complicada, pero por lo demás el trayecto les resultó fácil. Eso si, no es apto para carritos puesto que el camino parece más el cauce seco de un río que un camino en si en muchas ocasiones.
El camino es prácticamente una pendiente constante entre robles primero, luego pinos, y más tarde helechos. El esfuerzo de la ida compensa por las vistas tan bonitas que se disfrutan desde arriba y además no se tarda ni una hora en llegar al lugar.
Ya en el Chorro aprovechamos para refrescarnos con el agua helada, tomar un poco de fruta y descansar. El sitio es estrecho y con una caída bastante pronunciada, por lo que tuvimos que estar con mil ojos, especialmente con los tres más pequeños.
En total la excursión nos llevó poco más de 2 horas, y todos estábamos encantados. Y ahora los niños, cuando miran hacia la montaña, ya saben perfectamente lo que es El Chorro.
Me encanta poder llevar a mis hijos a las excursiones que tanto el Santo como yo hacíamos con nuestros padres cuando teníamos su edad. Espero que la tradición continúe y en el futuro sean ellos los que lleven a sus niños.
Si estás por la zona y te apetece salir un poco de la ruta habitual te recomiendo estos otros planes y excursiones.
Besos,