Esta vez íbamos camino de La Granja pero paramos en La Boca del Asno y no pudimos salir de allí. Árboles que se pierden en el cielo, de lo altos que son, colores de otoño en todo su explendor, un río, un puente, piedras tapizadas por el musgo verde... Una delicia para los sentidos.
Aprovechamos para coger piñas, palos, hojas de todas las formas imaginables... Reconozco que era la única que se molestó en recoger todas estas cosas, soy peor que los niños!! Jajaja Mis hijos crecerán y yo me quedaré estancada en su niñez ;)
El paseo duró cerca de dos horas y los peques aguantaron fenomenal. Os lo digo porque a veces, nos quedamos sin hacer cosas por miedo a que los niños se cansen o no les guste. Poquito a poco, y sin prisa, el paseo por el campo con los niños es una delicia. Por cierto, la excursión terminó con una gran comilona ahora sí, en La Granja ;)
Cuándo ha sido la última vez que habéis disfrutado como niños?
Un abrazo!!
Fotos: Sara González Carrasco