El Museo de la Cerámica de Triana ha reabierto sus puertas al público de forma definitiva y con toda normalidad tras varios meses de obras para arreglar los desperfectos, principalmente relacionados con el funcionamiento del aire acondicionado, que padecían las instalaciones.
El centro-museo que permanecía cerrado desde el pasado 20 de julio, es uno de los últimos centros de producción de cerámica de la capital hispalense y cuenta, entre otras muchas, con piezas diseñadas por el arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez-Ossorio, obras de colección prestadas por el coleccionista Vicente Carranza, la Junta de Andalucía y el Estado, así como con una selección a cargo del catedrático de historia del arte Alfonso Pleguezuelo Hernández.
Un poco de historia
En 1870, Antonio Gómez compra los alfares de García Montalván para la producción de cerámica en el barrio de Triana. Tras su muerte la emblemática fábrica va pasando de mano en mano hasta llegar, en 1939, a los hermanos Rodríguez Díaz con el nombre de Cerámica Santa Ana.
Entre las muchas instalaciones que contaba la antigua fábrica podemos encontrar siete hornos, alguno de ellos del siglo XVI, almacenes, pozos de agua, torno de alfarero, tablas de oreo de piezas y secado de moldes, depósitos de arcilla y pigmentos.
En el año 2009, fue fruto de la colaboración del programa del Consorcio Turismo de Sevilla y del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS), se plantea el proyecto de conversión de la misma en centro-museo y el 29 de julio de 2014 se reabren al público las nuevas instalaciones.
Las obras de remodelación fueron promovidas por el Ayuntamiento de Sevilla, con la colaboración de la Junta de Andalucía y dirigidas por los arquitectos Francisco José Domínguez Saborido, Ángel González Aguilar, Miguel Hernández Valencia, Esther López Martín y Juliane Potter.
El Centro, que es un referente de la alfarería en Sevilla, pretende conservar y promocionar la tradición cerámica de la ciudad y desarrolla una doble función, expositiva y de taller cultural, e incluye la digitalización del ‘Patrimonium Hispalense‘.