Las damas, en la pintura ha sido tratada como un ser valioso y casi inalcanzable. Este es el caso de la ‘Venus del espejo’, único trabajo de desvestido conocido de Velázquez, célebre pintor español que plasmó a la diosa romana recostada sobre su lecho mientras contempla su belleza en actitud erótica, lo que permite contemplar el lado más humano y femenino de esta deidad. El espectador tiene la sensación de ser un espía que ha entrado en la estancia sin permiso.
La misma figura clásica fue representada por Sandro Botticelli en el siglo XV en ‘El Nacimiento de Venus’ donde la protagonista de la escena fue interpretada por Simonetta Vespucci, quien posó por elección de los Medicci, famosa familia de mecenas. En el trabajo, Venus aparece en actitud pura e inocente. Los dioses del viento la ayudan a alcanzar la playa. Allí la espera la ninfa Primavera sosteniendo un manto floral entre sus manos para cubrir a la recién nacida. Es una de las obras que mejor representa el Renacimiento italiano.
Francisco de Goya es autor de otro de los pocos ejemplos de desnudos femeninos existentes en la pintura española. Se preocupó por ilustrar a una mujer real de principios del siglo XIX, tumbada tranquilamente sobre una cama. La fémina parece querer tentar al observador con la mirada. Existen 2 cuadros de esta doncella posando en la misma postura cuya única diferencia consiste en que en la primera de ellas la ‘Maja’ está desnuda y en su pintura ‘gemela’ aparece completamente vestida. Las especulaciones cuentan que la retratada en ambos casos es la decimotercera Duquesa de Alba.
‘La muchacha con turbante’, más conocida como ‘La joven de la perla’ es una magnífica obra del pintor barroco Johannes Vermmer. En él, el neerlandés plasma delicadamente como la luz recae sobre el juvenil rostro de la chica. El oscuro fondo contrasta con la claridad de su piel y perfila sus facciones a la vez que elimina el contexto espacial. Resulta curioso como el artista ha utilizado el pendiente como punto de referencia visual.
Si existe un cuadro que haya suscitado interrogantes a lo largo de la historia es sin duda la ‘Gioconda’, también llamada ‘Mona Lisa’ de Leonardo Da Vinci. Su nombre oficial significa ‘alegre’ en italiano. El óleo nos muestra a la retratada sentada con sus brazos reposados en el sofá. Tras ella se expande un extraño paraje de tonalidades ocres y verde. Se cree que la dueña de esta enigmática sonrisa es la joven noble florentina Lisa Gherardini, esposa del comerciante Francesco del Giocondo, pero existen infinidad de posibles teorías a este respecto.
¿Y tú, que obra incluirías? ¿Cuál te ha parecido más destacada?