Reseña de la obra Corazón: diario de un niño de Edmondo de Amicis
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el fin de semana? El mío ha estado muy bien, con mucho aire limpio, con un concierto en el parque en el que aprendí a andar y con familia, esa a la que vemos menos de lo que nos gustaría. Y con lluvia, que intentó aguarnos el finde pero no lo consiguió, al contrario, nos invitó a hacer planes nuevos que disfrutamos.
Hoy vengo con una reseña de un libro así que sin más rollo, empezamos.
Mis lectores habituales sabéis que mis reseñas son simples, muy de andar por casa, pero siempre busco libros diferentes, originales y no demasiado conocidos. Las novelas actuales o las obras clásicas están ya muy reseñadas, y además de maravilla, así que busco alternativas menos vistas.
Esta vez traigo un libro de mi infancia. En esta ocasión empecé la casa por el tejado y descubrí la obra a través de una miniserie de Luigi Comencini (también dirigió "La Historia" que me marcó mucho) que emitieron en la tele unas navidades, cuano yo tenía 11 o 12 años. Mis padres conocían este libro, y me dijeron que dentro de la propia historia estaba el cuento "De los Apeninos a Los Andes" que en España conocemos gracias a la serie japonesa de dibujos animados.
La serie me gustó tanto que quise conseguir el libro a toda costa, pero no lo encontraba. Pensaba que jamás lo iba a leer cuando un día lo vi en la biblioteca del colegio. Y claro, lo alquilé, y lo devoré. Me duró un suspiro.
En mi familia teníamos, y tenemos, una excursión anual en tren a un pueblo minero. Vamos mucho a ese sitio en verano, siempre en coche, pero en otoño hacemos la excursión en tren. Por entonces me encantaba mirar por la ventanilla y mi madre y mis abuelos me contaban historias. Pues aquel día fui leyendo sin levantar la cabeza del libro. Mi madre me decía que no llevase el libro a la excursión por si lo perdía o estropeaba pero insistí tanto que acabo accediendo.
Y un año después, en un centro comercial, lo vi. Pasé por la sección de libros, porque cuando íbamos con mis padres a la compra del mes siempre nos caía un regalito, y solíamos elegir libros. Estaba en una zona muy alta y recuerdo al empleado, con una escalera enorme y cara de pocos amigos, jejejeje. Yo creo que se acordó de toda mi parentela.
Esta obra es muy bonita, al menos para mí, pero hay que leerla con perspectiva. Está publicada en 1866, y evidentemente la forma de pensar y ver la vida del autor no tienen nada que ver con la actual. Edmondo de Amicis realza algunos valores, como el patriotismo, que pueden ser aplicables para aquellos tiempos, pero hoy en día un niño no necesita sacrificarse por la patria.
Bueno, empiezo con el argumento del libro porque me estoy perdiendo. Nos encontramos a Enrique o Enrico, un niño que vive en Turín. Cada día, como todos los niños, acude a la escuela, y nosotros con él. Allí conoceremos a sus amigos, también a algunos niños que no son precisamente el mejor ejemplo, y al maestro. Durante ese curso escolar aprenderán a ser honrados, a respetar a la familia y a la patria
Lo mejor, para mí, son los cuentos mensuales. Ese formato me recuerda un poco a "La tía Julia y el escribidor" pues tenemos varias historias dentro de la historia. Entre ellos destacan el ya mencionado "De los Apeninos a los Andes" que todos conocemos, aunque la mayoría lo llamammos Marco.
También me marcó bastante "El pequeño escribiente florentino". En la serie de la RAI donde descubrí la obra los relatos mensuales no los leía el maestro Perboni, los veían en un proyector de cine mudo. Pero el mensaje era parecido, patriotismo y sacrificio.
Y además de esos relatos mi parte preferida es el principio. Me gusta como narra ese primer día de escuela, las pocas ganas de empezar a clase de Enrique, el reencuentro con los antiguos maestros, el bullicio de muchachos en la calle y padres en la librería comprado carteras plumillas...adoro esa parte.
Las cartas de los padres me recuerdan un poco al libro que os reseñé aquí y que también es de mi infancia. Me gustan los libros con contenido epistolar.
Para ir terminando diré que aunque estemos ante una obra antigua me parece muy interesante. Creo firmemente que hay que leer de todo, y algunos libros son una especie de documental que nos muestran como era la vida hace años. No es un adoctrinamiento ni nada parecido, es un enfoque antiguo e interesante. A veces no es malo mirar hacia atrás, el mundo no ha aparecido como es ahora de la noche a la mañana y ver esos cambios es una forma de aprender.
En este caso, además, tenemos una narrativa preciosa: la manera de contar el día a día en la escuela es muy bonito, y los cuentos mensuales, aunque son duros, a la vez resultan tiernos y entrañables. El mastro Perboni es un personaje estupendo: un hombre cuya familia, según sus palabras, son sus alumnos.
La foto tiene 9 años, aún no tenía biblioteca y guardaba los libros repartidos por casa
Es un libro fácil de leer y que ha formado parte de la infancia de muchas generaciones. Y aunque hoy en día es difícl de creer que unos alumnos den la bienvenida a otros con abrazos, como hacen en la novela, reciben en la escuela al muchacho calabrés, nunca viene mal leer historias dulces y sacrificadas, que nos devuelven la fe en el ser humano y nos hacen viajar a la infancia, en mi caso a una infancia feliz en la que leía un libro italiano mientras viajaba en tren.
Mil gracias por leerme y nos vemos el jueves para reflexionar.
Muy feliz semana a todos.